FERVENZA DE ÉZARO
Esta fervenza, como llamamos por estos lares a las cascadas está situada en el ayuntamiento de Dumbría y es famosa por ser la única que desemboca directamente al mar de toda Europa. Lo cierto es que en invierno, cuando hay muchas lluvias, se abren las compuertas de la presa y el caudal del agua es imponente. En verano cae con menos agua pero aún así es espectacular.
Para acceder a la cascada hay un pequeño aparcamiento y tendrás que andar unos metros que acaban en una pasarela de madera. Hay excursiones en kayak hasta los pies de la cascada y en fechas señaladas se ilumina por las noches (Semana Santa y los fines de semana del verano, principalmente). Imponente es también el mirador que se encuentra más arriba y al que se puede acceder en coche. Es una dura pendiente de hasta un 30% de desnivel que ya han subido un par de veces los ciclistas de la Vuelta a España. La última vez, hace unas semanas. FISTERRA
Fisterra, el finis terrae, aquí se creía que acababa el mundo antiguamente. La inmensidad del mar te hace sentir pequeñita. Muchos peregrinos del Camino de Santiago alargan su caminata para llegar hasta aquí. Cuidadín porque se había puesto de moda quemar el calzado en las inmediaciones del faro y hace poco una turista provocó un pequeño incendio al tirar la bota en llamas a la hierba.
Vale la pena un pequeño paseo por el pueblo, con su lonja, sus calles estrechas y el castillo de San Carlos. Si el tiempo acompaña, se puede subir hasta el faro por una senda que parte del pueblo.MUXÍA
Muxía me trae buenos recuerdos porque tiene una romería de gran renombre que se celebra el segundo domingo de septiembre y a la que íbamos todos los años la familia entera (primos incluidos) a pasar el día y comiendo tirados en el monte.
Cerca de la iglesia se encuentra la escultura llamada "A Ferida" (la herida), en honor a todos los voluntarios que ayudaron en las tareas de limpieza después de que el Prestige se hundiera en la zona y la marea negra llegara a la costa gallega. Mide 11 metros y pesa 400 toneladas.
"A Ferida"
Dos piedras son famosas en Muxía, la "pedra de abalar" y la "pedra dos cadrís". Abalar, significa en gallego "mover, agitar o hacer oscilar" y es que esta piedra "bailó" durante siglos hasta que un temporal la rompió hace unos años. Dicen por ahí que sólo se balancea cuando quiera, se le atribuyen propiedades adivinatorias y hasta comentan que sirve como instrumento para probar la culpabilidad o la inocencia de las personas.
Pedra dos cadrís
A la piedra "dos cadrís", traducido literalmente como "piedra de los riñones", se le atribuyen propiedades curativas contra los dolores de huesos y reuma. Habrá que pasar 9 veces por debajo para que surta efecto. La leyenda dice que podría ser la vela de la barca en la que la "Virxe da Barca (virgen de la Barca)" llegó a Muxía.