La Serra de Tramuntana, Patrimonio de la Humanidad, recorre la isla de Mallorca de sudoeste a noroeste, a lo largo de unos 90 km. Esta zona está habitada desde el 5.000 a.c.. Tras la conquista de por las tropas de Jaume I, los sarracenos se ocultaron en estas montañas y, algo más tarde, hubo que levantar atalayas para vigilar a los piratas berberiscos. Según los datos de población de 2015, la Tramuntana está habitada por menos de 100.000 personas. La vegetación que más abunda son las encinas y el carrizo.
En sus carreteras encontraréis muchísimos moteros y ciclistas, ya que sus sinuosas curvas se prestan para ello. Ojo también con los numerosos excursionistas. Hay bastantes rutas de senderismo y algunos tramos de las mismas discurren por asfalto.
El torrente de Saluet que sirve como área de transición entre los ecosistemas acuáticos y terrestres
Creo que para la ruta que os pondremos aquí os harán falta un par de días. Nosotros empezamos en el Port d´Andratx (fotos superiores), justo hoy acabo de leer en la prensa que Brad Pitt compró recientemente una mansión en este pequeño pueblo.
En Mallorca os encontraréis muchas veces con el pueblo y con su puerto: Andratx y Port d´Andratx, Alcúdia y Port d´Alcúdia...Normalmente están a escasos kilómetros.
Habíamos leido que cerca de Andratx se encontraba un monasterio perdido en la montaña llamado La Trapa pero por lo que nos dijeron en una oficina de Turismo es una caminata de varios quilómetros por tierra y decidimos dejarlo para otra ocasión.
Si os interesa ir a la isla la Dragonera, catalogada como Parque Natural, se encuentra a unos 700 m de Sant Elm que, a su vez, se encuentra a 8 km de Andratx.
Después de visitar el Port d´Andratx, nos dirigimos hacia Valldemossa pero antes hicimos una parada en el mirador de la Torre del Verger (pegado a la carretera).
Antes de llegar a Valldemossa pasamos por pueblos preciosos como Estellencs o Banyalbufar. Precisamente perteneciente al primero se encuentra el mirador Ricardo Roca, en el que destaca no sólo su precioso paisaje, si no también el restaurante que se encuentra literalmente al borde del precipicio. Veréis muchos indicadores hacia La Granja, en Esporles. Nosotros no fuimos, pero se trata de una mansión del s. X con una pequeña granja en donde conocer un poco más la historia y costumbres de los mallorquines.Nuestra parada en Valldemossa tenía varios fines: visitar la Cartuja, pasear por sus bellas callejuelas y probar su más famoso postre, la coca de patata, que acompañada de una fría horchata de almendra es el desayuno o la merienda perfecta. ÑAM!!
La Cartuja o Palacio del Rey Sancho fue mandada construir por el rey Jaume II para su hijo Sancho, enfermo de asma, Más tarde, el rey Martin I de Aragón lo cedió para convertirlo en cartuja. Los monjes lo transformaron a su gusto, haciendo cambios en casi todas las estancias. Jovellanos estuvo confinado en ella y otros personajes ilustres como Rubén Darío, Azorín o Unamuno, vivieron aquí también.
Con tu entrada tienes derecho a un concierto de piano de unos 15 minutos, nosotros no llegamos por los pelos, pero habría estado bien poder asistir. En el resto de la Cartuja (aparte del Palacio del Rey Sancho), podremos ver un par de pequeños museos, la antigua farmacia y una impresionante biblioteca con reliquias literarias. Si queréis ver el Museo de Chopin, tendréis que pagar a mayores.
La siguiente parada fue Sóller que a mi me decepcionó un poquito. Era del pueblo que más habíamos oido hablar y sacando el famoso tren de Sóller-Palma y el tranvía que va desde el Port de Sóller a Sóller, no tiene gran cosa. Yo no fui en el tren, pero parte del grupo sí que lo hizo y dicen que es una auténtica maravilla y que vale la pena cogerlo y disfrutar de los imponentes paisajes que se divisan durante la ruta.
Ojo que si váis en coche hasta allí desde Palma o al revés, podéis ir por la carretera general o atajar por el túnel de Sóller, que es el tramo con peaje más caro de España, 5 € por 3 km! Lo que hicimos Luismi y yo en vez de ir en el tren de madera de Sóller, fue seguir nuestra ruta en coche por la Tramuntana y es que teníamos como destino final el Torrent de Pareis. Pocos kilómetros después de pasar por el pantano de Gorg Blau (en la foto inferior), hay que girar la izquierda para comenzar la carretera de 12 km que nos lleva hasta la playa de Sa Calobra y el Torrent. Esta carretera es famosa por sus curvas, algunas de 180 º y con nombres tan peculiares como "nudo de corbata", que también es un mirador.
Puede que se haga un poco infernal esta carreterita pero lo que encontréis abajo vale la pena con creces. Seguramente os tocará aparcar en el parking que hay detrás del primer restaurante y que no es precisamente barato. Aunque el Monumento Natural de Torrent de Pareis abarca hasta Lluc o Gorg Blau, nuestro interés principal era ver con nuestros propios ojos esas moles de roca situadas en la misma playa. Si os fijáis en la foto que os pongo abajo, podéis ver la entrada al túnel peatonal que te lleva a través de la roca.
Hartos ya de curvas, nos saltamos el santuario de Lluc, pero yo no lo descartaría si disponéis de tiempo y ganas.
Otro de los pueblos de la Tramuntana es Pollença, rica en arqueología y en galerías de arte. Nosotros deambulamos por el pueblo, el cual estaba a rebosar porque había mercado y varios buses de excursiones y vivimos nuestro Calvario particular subiendo los 365 escalones que separan el pueblo de la capilla del Calvario.
De allí nos dirigimos al faro de Cap Formentor, parando antes en un mirador de esos en los que el vértigo está presente. Se trata del Mirador de Es Colomer.
Desde el mirador de Es Colomer, veréis a la derecha una atalaya, es la Talaia d´Albercutx, a la que se accede en coche por la carretera que está justo enfrente del aparcamiento de Es Colomer. Si sois unos valientes, podréis acceder a ella por una escalera exterior y totalmente vertical, pegada a su fachada.
Desde la Talaia d´Albercutx podréis divisar la Cala Formentor con sus cristalinas aguas.
La siguiente parada era el Cap Formentor, pero tardamos más de la cuenta por la caravana de coches que se montó en sus inmediaciones. Las vistas tanto desde la carretera como desde el faro os dejarán sin habla. Cuidado si se os da por tomaros el aperitivo en el faro porque hay algunas cabras sueltan que son muy listas. En el faro tenéis baños y cafetería self service, pero un simple sandwich cuesta 6 euros y una botella pequeña de agua, 3 euros.
Alcúdia es un buen punto de partida para conocer la Albufera mallorquina. El pueblo es chiquitín, pero tiene una muralla bien conservada y transitable.
Además, en Alcúdia se encuentra la ciudad romana de Pollentia, fundada en el 123 a.c.
Cuando empecé a leer sobre la isla y a ver fotos, hubo una que se me metió en la cabezita. Se trataba de un espléndido mirador con forma de templete griego, el mirador de Son Marroig o El Galliner. Si quieres visitarlo, no te quedará más remedio que pagar la entrada, ya que se trata en el interior de una antigua villa mallorquina que, hoy en día, es una casa museo. Tanto en ella como en la Cartuja de Valldemossa podréis conocer los grandes viajes del archiduque Luis Salvador María José Juan Bautista Domingo Raniero Fernando Carlos Zenobio Antonio de Habsburgo-Lorena, Luis Salvador de Austria para los amigos. El archiduque era primo de Sissí, que lo visitó varias veces en Mallorca, llegando a decir algo así como que Corfú, en donde tenía una impresionante mansión que le encantaba, le iba a parecer menos bonita después de conocer Mallorca.
Al lado de la casa museo hay un restaurante en el que debe ser una delicia comer o cenar allí con las tremendas vistas que posee.
Si queréis llegar hasta Sa Foradada, ese sobresaliente que se ve en la foto, tendréis que saltaros un pequeño portal que hay y bajar durante una hora. Evidentemente, la vuelta no os resultará tan agradable como la bajada de la ida.Deiá es un pequeño pueblo famoso por haber tenido vecinos ilustres como Eric Clapton, Mike Oldfield, Mark Knofler, García Márquez...Y para terminar nuestro recorrido por la Serra de Tramuntana, nada mejor que una parada en Fornalutx, sin ningún monumento que destacar salvo sus callejas y sus preciosas fachadas.
Y aquí termina nuestro recorrido por la Serra de Tramuntana. A nosotros fue la zona, con diferencia, que más nos gustó de Mallorca y cuando tengamos oportunidad volveremos con las botas de montaña en nuestra maleta.