Cuando planeamos nuestro Escocia en 10 dias, teníamos claro que aparte de conocer Edimburgo y Glasgow (y hacer alguna excursión por sus alrededores), conocer algunos de los escenarios de Outlander y, por supuesto, la Isla de Skye, no nos podíamos olvidar de las Highlands. Al disponer de poco tiempo no pudimos dedicarle el tiempo que se merece, pero sí que hicimos una primera toma de contacto para saber que volveremos a Escocia varias veces y que me perderé, con gusto, en paisajes como éstes.
Nuestro recorrido por las Tierras Altas escocesas empezaba por adentrarnos en el gran Parque Nacional Cairngorms, en nuestro camino desde el castillo de Dunottar e Inverness. Teníamos pensado hacer alguna parada en el parque, como en su pueblo más importante Aviemore o en el Highland Folk Museum, que nos enseña sobre la vida de los highlanders, pero una sucesión de carreteras cortadas por obras, hizo de ese día una jornada infernal de coches, volviendo sobre nuestros pasos una y otra vez buscando la manera de llegar a nuestro destino. De todas formas, los paisajes que pudimos ver desde el coche eran espectaculares.
Tras una paliza de coche, llegamos a última hora de la tarde a Inverness. No es que sea una ciudad fea pero, quizás, esperábamos algo más de la capital de las Highlands.En lo alto de una cima se encuentra el Inverness Castle, que hoy en día alberga oficinas de las administraciones públicas. Al final de la High Street podemos ver unas torres del s. XIX, la Town House y, como en la mayoría de pueblos y ciudades escocesas, también veremos una Mercat Cross, una cruz que señala el centro de la ciudad medieval. Dice la leyenda, que mientras esta piedra exista, la prosperidad de la ciudad se mantendrá.
Otra calle por la que pasear es Church Street, donde se encuentra el edificio más antiguo de la ciudad, Albertaff House, No podemos irnos sin ver la catedral de Saint Andrews , cuyas obras finalizaron en 1869. Desde la catedral, hay un paseo que siguiendo la ribera del rio nos lleva a Ness Islands, un conjunto de islas unidas por varios puentes, que nosotros no vimos.A nosotros se nos pasó entrar en el Mercado Victoriano, pero si tenéis la oportunidad no la dejéis pasar. al igual que ver atardecer desde el cercano fiordo de Beauly Firth.Muy cerca de Inverness hay dos visitas muy recomendables: Culloden Moor y Clava Cairns.
Culloden Moor es el campo de batalla donde miles de jacobitas fueron aniquilados en la batalla que tuvo lugar en este páramo el 16 de abril de 1746. Ese día significó el fin de la sociedad ancestral de clanes que regían las Highlands y de una forma de vida que nunca volverían a tener, incluyendo el uso del kilt y el empleo del gaélico como lengua, bajo pena de muerte.
Aunque hay un museo, nosotros nos dedicamos a pasear por el campo de batalla en sí mismo, leyendo los numerosos carteles que nos encontramos y que describen en qué posición estaban cada uno de los regimientos combatientes.
Al igual que os comentamos en otros posts, no olvidéis que estáis en un lugar donde miles de personas encontraron la muerte y mostrad respeto. Cada vez que leo que hay personas que se hacen selfies en campos de concentración o en campos de batalla se me pone la piel de gallina.
A pocos minutos de allí se encuentra Clava Cairns. Se trata de un conjunto prehistórico formado por tres cámaras funerarias con piedras que forman pequeños montículos. Allí mismo hay un cartel que indica que a poca distancia hay una granja de las típicas vacas peludas escocesas, por si os interesa 😉
La siguiente parada era el Lago Ness y tras hacer varias paradas en las que pudimos bajar hasta incluso tocas sus aguas, llegamos al famoso castillo de Urquhart Castle (hay varios cruceros que parten desde Inverness y que te llevan hasta él).
Edificado sobre un promontorio rocoso, su funcionalidad residía en la vigilancia. Durante las guerras de independencia pasó de unas manos a otras hasta que fue destruido en el s. XVII para evitar que cayese en manos jacobitas. Nos llamó la atención la catapulta que hay en sus jardines.
Seguimos nuestro camino hacia otro castillo, éste todavía más famoso, aunque de titularidad pública y en donde se han rodado varias películas, entre ellas alguna de la saga de 007 o Los inmortales.
Como ya sabéis lo que dicen del clima escocés, pasamos de sol a lluvia en cuestión de segundos y nos encontramos con este bucólico paisaje al llegar al castillo de Eilean Donan. Por este castillo pasarás sí o sí si eliges entrar en la Isla de Skye por carretera y no por ferry.
Esta antigua fortaleza del clan Mckenzie se levanta sobre un islote en medio de un lago. Como os decíamos antes, es de propiedad privada, por lo que no está incluido en la Scotland Explorer Pass. Nosotros pagamos la entrada (cara) y lo visitamos, pero lo más bonito es el exterior y aunque nada más entrar te ponen un vídeo didáctico donde hablan de los pocos españoles que lo habitaron durante una breve etapa, no creo que valga la pena su interior. Veréis poco más que un par de estancias decoradas con un montón de fotos de los propietarios y su familia.
Desde este punto, nos adentramos un par de días a la isla de Skye y cuando regresamos después de esos dos días, nos encontramos que el sol brillaba con fuerza en Eilean Donan, por lo que paramos, nos compramos un par de chocolates calientes, nos sentamos en unos bancos y nos dedicamos a observar la silueta de tan majestuoso castillo.
Empezaría en pocos kilómetros, tras pasar por Fort William nuestro recorrido por la A-82 hacia Glasgow, una "carretera panorámica" para poder disfrutar del maravilloso Glen Coe si no disponemos del tiempo suficiente para hacer rutas de senderismo.
Puede que la estampa más conocida de este valle sea la de esta casita blanca (necesito un objetivo más grande para la cámara) con las enormes montañas tras ella.Como siempre, si tenéis tiempo, buscar el Valle Perdido (Lost Valley) donde los MacDonald escondían las reses que robaban. Glencoe es también conocido por la Masacre que tuvo lugar en sus tierras en 1692, cuando los invitados de los McDonalds mataron a hombres, mujeres y niños por no haber prometido lealtad al rey Guillermo de Orange.
Antes de llegar a Glasgow todavía teníamos pendientes dos breves paradas más, ya fuera de las Highlads, pero os las contamos aquí porque es probable que hagáis estas excursiones desde Glasgow. Se trata del Parque Nacional Loch Lomond and The Trossachs. Si el Lago Ness no nos pareció nada del otro mundo y muy explotado turísticamente, en el Lago Lomond encontramos la tranquilidad que buscábamos cuando pensábamos en una jornada rodeada de paisajes escoceses.Si queremos visitar este punto que os enseñamos en la foto posterior, tendréis que desviaros de la A-82 en Tarbet hacia la A-83. Se trata del mirador Rest and be Thankful (56.20326, -4.71098). Aquí hay una piedra conmemorativa de la construcción de un antiguo camino militar construido por prisioneros jacobitas y que se terminó en 1750. También se supone que era un lugar de paso en donde las gentes que iban de un destino a otro se paraban a descansar y también a dar las gracias por poder continuar con su trayecto.