Narbona, conocida también por su nombre en francés, Narbonne, es una bella ciudad de la región de Occitania, situada al sureste del país. Aunque viajar a Barcelona o París suele ser la opción más habitual para muchos turistas que se adentran en el suroeste de Europa, existen multitud de regiones, pequeñas localidades, ciudades y villas con un rico patrimonio cultural para descubrir.
En este caso, vamos a hablar sobre los diferentes lugares que ver Narbona, destacando aquellos monumentos más representativos y visitados de la localidad. Se trata de una ciudad romana, fundada en el año 118 a. C. bajo el nombre de «colonia Narbo Martius», siendo la capital de la Narbonense, la provincia romana que se situaba en este rincón de la Galia. Tras la caída del Imperio romano, y, la conquista por parte de los visigodos, fue tomada por los musulmanes, que no llegaron a permanecer ni cincuenta años en el territorio. A partir de entonces, Narbona ha pertenecido a Francia, siendo una de las localidades más vistosas que ver al sur del país.
A continuación, vamos a repasar los principales lugares que visitar en Narbona en 1 día.
La Catedral de San Justo y San Pastor
La Catedral de San Justo y San Pastor es el principal monumento religioso que ver en Narbona, perteneciendo al conjunto monumental del Palacio de los Arzobispos de Narbona. La construcción de esta enorme catedral de estilo gótico comenzó en el año 1272, y, a pesar del paso de los siglos, nunca se terminó completamente. En su exterior destacan sus enormes torres y muros que dan un aspecto defensivo a esta construcción religiosa, ya que, durante la Edad Media sirvió para proteger a la ciudad de los ataques enemigos. Se trata de una de las catedrales más altas de Francia con 41 metros de altura,
Al entrar al interior de la Catedral de Narbona debe hacerse mención a la calidad de las vidrieras de los siglos XIV y XV, así como al mobiliario clásico del altar mayor. También debe visitarse el enorme claustro de San Justo, la detallada sillería del coro, y, varias de las capillas que se pueden recorrer en sus más de 50 metros de longitud.
Palacio de los Arzobispos de Narbona
El conjunto monumental del Palacio de los Arzobispos de Narbona está formado por una serie de monumentos arquitectónicos de gran valor histórico y cultural. En este conjunto se integra el Palacio Viejo, la torre de la Magdalena, la torre de San Marcial, el palacio Nuevo, y, la Catedral de Narbona de San Justo y San Pastor de la que ya hemos hablado previamente. Este ecléctico conjunto mezcla diferentes estilos arquitectónicos, formando un complejo de un valor excepcional, con arquitectura románica, gótica, renacentista y carolingia.
Este conjunto, Palais-Musée des Archevêques, como es conocido este conjunto en francés, cuenta en su interior con los museos de arte, palacio nuevo, y, arqueología, palacio viejo. Además, ofrece las mejores vistas que ver en Narbona al subir los más de 150 escalones del torreón, contemplando una panorámica única de gran belleza.
Les Halles de Narbonne
Les Halles de Narbonne es un espectacular mercado cubierto de estilo Baltard que funciona desde 1901, siendo uno de los lugares más transitados de Narbona. Se trata de un espectacular edificio de grandes dimensiones en el que poder degustar los productos típicos de mejor calidad de esta villa francesa.
Se trata de un mercado de época, ideal para poder comprar productos típicos o para hacer un descanso en los diferentes bares y cafeterías. El lugar atrae tanto a turistas, como a los habitantes de la localidad y de las inmediaciones, haciendo que abra todos los días, con una afluencia de público muy notable.
Canal de la Robine
Una de las actividades imprescindibles que hacer en Narbona es navegar por el canal de la Robine, un antiguo paso del río Aude, rama lateral del canal de Midi que atraviesa la ciudad de Narbona, formando parte del Patrimonio Mundial de la Unesco por su valor histórico y cultural.
La longitud completa de este canal es de 32 kilómetros, conectando el puerto la Robine y el Puerto la Nouvelle, y, contando con una serie de esclusas a lo largo del recorrido. No obstante, la zona de mayor belleza se encuentra dentro de la cuidad de Narbona, pudiendo disfrutar de las magníficas vistas de su casco histórico desde los barcos que navegan en sus aguas. Asimismo, también es posible recorrer el florido paseo a la ribera del canal, ya sea andando o en bicicleta. Dentro del canal de la Robine debe mencionarse el puente de los Mercaderes, conocido como Pont des Marchands, uno de los últimos puentes habitados de Francia, que cruza sobre el canal en uno de los puntos más fotografiados de esta villa.
Horreum Romain
Como ya mencionamos al principio de este artículo, Narbona fue una de las ciudades más importantes durante la época de esplendor del Imperio romano de Occidente, siendo un lugar estratégico dentro de la Galia. Por ello, se puede contemplar diferentes vestigios de aquella época, destacando el Horreum romain.
El Horreum Romain es un conjunto de galerías subterráneas del Siglo I a. C., formado por diferentes pasillos y habitaciones que servían como almacén público y mercado durante la época romana. Se trata de una de las visitas imprescindibles que hacer en Narbona, para conocer la importancia de esta ciudad en la época romana, y, disfrutar de una de las maravillas arquitectónicas subterráneas mejor conservadas de Francia.
Abadía de Fontfroide
Una de las excursiones que hacer desde Narbona es la visita a la Abadía de Fontfroide, situada a escasos 14 kilómetros de la villa. Se trata de una abadía cisterciense del Siglo XI, siendo una de las más importantes de Europa, gracias a su impecable estado de conservación. En la visita, que lleva cerca de 2 horas, se recorrer los patios, los distintos claustros, la iglesia, las dependencias, las galerías y los jardines.
La abadía se encuentra en un enclave maravilloso, completamente rodeado de naturaleza, paz y tranquilidad. Esta abadía es un ejemplo excelente entre la transición de los estilos arquitectónicos predominantes en Europa en la Edad Media, el románico y el gótico.
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