Nuestra primera visita fue el castillo de Bellver, para tener una buena panorámica de la ciudad antes de perdernos por sus calles. Como veis en la foto inferior, nos cayó una pequeña tormenta, pero en un ratito pudimos continuar la visita sin problemas.
El castillo de Bellver empezó a construise en el s. XIV por orden del rey Jaime II. Parte de las piedras que conforman el castillo fueron extraídas de su subsuelo. La Torre del Homenaje alcanza una altura de 33 m.. Dentro del castillo se encuentra un pequeño museo de historia de Palma.
La forma circular del castillo y su recinto es una de sus señas de identidad.
Ya en el centro no os podéis perder el paseo de Es Born, que va desde la plaza del Rei Joan Carles (en donde destaca una fuente con una especie de obelisco sujetado únicamente por las esculturas de unas tortugas) hasta la Plaza de la Reina, desde donde podrás divisar la catedral, el Palacio de la Almudaina y el paseo de Hort del Rei.
Una buena opción para vuestros descansos recorriendo la ciudad es tomaros una ensaimada. Nosotros la tomamos en un local que dispone de su propio obrador en la Avenida Jaume III (que desemboca en la Plaza Rei Joan Carles). En este mismo local compré el día que volvimos una ensaimada grande para la familia, con la mala suerte que ese día habían atracado varios cruceros y sólo les quedaba la que yo compré!! Así que ya sabéis, casi mejor hacer vuestra reserva con antelación para que vuestra familia no se os enfade cuando volváis de Mallorca sin el más famoso "souvenir" de la isla.
En el Paseo de Mallorca disfrutaréis de una de las panorámicas que aparecen en todas la guías, el torrente de Sa Riera. Quizás en Palma, aparte del castillo de Bellver, la Lonja, la catedral o el palacio de la Almudaina no destaquen grandes monumentos, pero un paseo por su centro histórico os hará ver que está lleno de pequeños encantos, como el olivo centenario que está en la plaza del Ayuntamiento o algunas de las fachadas modernistas esparcidas por sus calles.
La Plaza de España es el lugar perfecto para escaparse un ratito de la marabunta que fluye por las calles palmesanas.Otra visita importante sería la Lonja, que nos recordó mucho a la de Valencia. No en vano, el arquitecto de ésta última se inspiró en la de Palma. Parece ser que empezó a construirse en una época de bonanza económica, pero como ya sabemos, después viene la época de vacas flacas y la majestuosa lonja quedó inacabada.Las vistas desde el Parc de la Mar son realmente bonitas, tanto de noche como de día. Como muestra, las dos siguientes fotos ;-)
La Seu o catedral fue edificada en lo que quedaba de una antigua mezquita y es de estilo gótico. Su construcción comenzó en el s. XIII. Su rosetón puede ser el más grande de la Cristiandad al superar los 12,50 m de diámetro. Al lado de la catedral se encuentra la Almudaina, a la que no entramos, y que fue en otros tiempos un alcázar árabe y ante de eso un castro romano o un poblado talayótico.
Es Baluard, en su interior se encuentra el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma
Hort del Rei
Si queréis visitar el interior de la Catedral o Seu, comprobad bien los horarios. Entre semana abre a las 10 y cierra entre 15.15 y las 18.15 dependiendo de la temporada, los sábados de 10 a 14.45 y los domingos está cerrada a las visitas. La entrada me pareció bastante cara, unos 7 euros pero, por lo menos, incluye una audioguía (no se conforma el que no quiere).
Para terminar casi este post, os diré que mi vista favorita de Palma fue este paseo-mirador que va a lo largo de una de sus fachadas.
Nuestra ensaimada viajera nos tuvo bastante preocupados al volar con Ryanair, pero no nos pusieron problemas y además, nos coincidió que el avión iba al 100% y nos facturaron gratis las maletas de cabina.
Atentos a los siguientes artículos porque os hablaremos de la preciosa Serra de Tramuntana, las cuevas del Drach...