Kioto, la ciudad de los mil templos
Kioto fue hasta 1868, la capital de Japón y hoy sigue siendo una de sus ciudades más importantes. Desde Tokio se puede arribar en el Tōkaidō Shinkansen o Tren Bala. Kioto es conocida como la ciudad de los mil templos, aunque en realidad los templos budistas y los santuarios sintoístas superan ampliamente ese número. Ante la difícil decisión de elegir que visitar me guío por las opiniones de quienes conocieron Kioto. La mayoría coincide en señalar dos sitios imperdibles: el Pabellón Dorado o Kinkaku-ji y el santuario Fushimi Inari-Taisha.El pabellón dorado, es un templo que tiene las paredes exteriores de las dos plantas superiores recubiertas con oro. Está situado en un estanque, un espejo de agua repleto de islas, piedras y pinos de estilo japonés que refleja el esplendor del edificio dorado. Con justicia fue designado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El Pabellón Dorado (Foto Freedom II Andres)
Otro imperdible es el santuario de Fushimi Inari-Taisha. Ubicado en una colina de Kioto, es el principal santuario de los dedicados al dios Inari, de los más de 30.000 que existen en Japón. Inari es el dios del arroz o de los cultivos. Antiguamente la gente traía ofrendas y pedía una buena cosecha. En la actualidad se repite el gesto para pedir por buenos negocios. Es característica del lugar la sucesión de arcos rojos, llamados torii, que bordean los caminos. Estos arcos son ofrendas al dios del arroz y llevan grabados los nombres de quienes los donan. Otra característica son los zorros de piedra, guardianes de los altares del dios Inari.
Senderos bordeados de torii rojos, en Fushimi Inari-Taisha (Foto Dom Crossley)
Kumano Kodo, espiritualidad y naturaleza
Poco más de 300 kilómetros separan a Kioto de Shingu, en la península de Kii. Allí nos esperan las montañas de Kumano y las milenarias rutas de peregrinaje de Kumano Kodo. Las rutas, que unen algunos de los sitios más sagrados de Japón, fueron trazadas por devotos de diversos credos como parte de sus rituales de veneración. El camino une pequeñas aldeas y atraviesa bosques por senderos de piedra y tierra, todo en un entorno de gran belleza natural. Inclusive los cursos de agua se consideran parte de la ruta de peregrinaje y pueden recorrerse en kayak. Una hermosa experiencia para los amantes del trecking y la naturaleza.Los tres destinos elegidos muestran que Japón conjuga tradiciones milenarias, infraestructura y tecnología de vanguardia y hermosos paisajes. Pero el imperio del sol naciente tiene todavía mucho más para ofrecer a quien lo visita. Un destino que bien vale la pena conocer.