¡Que viva la música! de Andrés CaicedoAndrés Caicedo se había propuesto morir joven y dejar obra; así lo hizo. ¡Que viva la música! fue la única novela que concluyó y es, quizás, su mejor obra literaria, sorprendente por su consistencia narrativa y su ritmo desbordante.
Cuenta la historia de María del Carmen Huerta, una joven proveniente de una familia acomodada de Cali que conoce los barrios populares y reniega de los valores sociales establecidos para entregarse a los excesos y el delirio, siempre al ritmo de la música, sin la cual no puede vivir. Ella, como Caicedo, sigue despertando fascinación y asombro entre los lectores de todas las edades como símbolo de la transgresión y el frenesí.
Salsa bestial:

Este libro es muy especial, de verdad lo es. Maria del Carmen es una niña rica que vive en el norte de Cali (Colombia) en los años setenta. Odia ser considerada una burguesa y no le gusta quedarse en casa; siempre desea salir con sus amigos y disfrutar de la mejor música. Inmersa en el mundo del rock y la psicodelia, se droga y vive al límite. Un buen día, algo cansada de la música extranjera, descubre la salsa, y siente como su alma se llena al ritmo de los cueros y comienza a alejarse más hacia el sur, hacia donde la espera aun más descontrol y rumba en una ciudad violenta y sangrante. Rodeada de jóvenes con vidas duras y trágicas, ella es la chispa, una mujer viva gracias a la música.
La mejor lectura del año
María sale de su casa un día, se encuentra con sus amigos y comienza a desclasarse, a alejarse de ese mundo del rock donde viven esos jóvenes esos americanos apáticos y se adentra a el mundo de la salsa, de el baile y la vitalidad que ella siempre ha tenido florece. En una rumba constante que parece no tener fin.
Se dice que los genios mueren luego de escribir su obra cumbre, y tienen razón. Este libro fue un canto a esa generación que aprendió de la rebeldía de los jóvenes franceses en 1968, donde nada más importaba si no pasarla bien y vivir todo lo más desaforado posible. Nos encontramos en una Cali en aras de una modernización, una ciudad harto visitada por americanos en busca de drogas y de juventudes marginadas, de personas sin un futuro y de un gobierno que les provocaba una apatía tremenda.El autor Andrés, un muchachito de gafas de pasta y dejos de tartamudez era inquieto: actor, cineasta, crítico de cine, escritor y dramaturgo. Escribía como si las letras fueran su sangre. Y tanto producir en su juventud sirvió para dejar una estela de grandes obras, aunque como él lo afirmaba "no escribía muy bien" pero en realidad mentía, implícitamente con su trabajo marcó una generación. Pensaba que vivir más de 25 años era una locura y luego de dejar muchos escritos en un baúl, y el mismo día de recibir el primer ejemplar de su única novela terminada ¡Que viva la música! en 1977, se tragó 60 pastillas de seconal y se quedó dormido sobre su máquina de escribir, abandonado este mundo para siempre.
Este libro es magnífico. Sería una mentirosa si dijera que es bueno, es una obra maestra. La narración es rítimica, no hay capítulos, pero la historia es absorbente y el final es para gritar de emoción. Hay constantes apuntes a letras y nombres de canciones, en incluso el título de la novela es una canción. Esta novela es pura música, vida, tragedia y muerte. Puedo afirmar que este libro es un retrato de la vida de su autor, un muchachito que se devoró la vida para que muchos muriéramos de felicidad con sus palabras.
Titulo: ¡Que viva la música! (1977)
Autor: Andrés Caicedo
Editorial: Norma ~ ISBN:9789584517364
