Los animales aparecen al comienzo de la Biblia como parte de la maravillosa creación de Dios, primero que el ser humano. Dios los crea y los bendice Génesis 1,20-26 “Dijo Dios, «Llénense las aguas de seres vivientes y revoloteen aves sobre la tierra y bajo el firmamento.» Dios creó entonces los grandes monstruos marinos y todos los seres que viven en el agua según su especie, y todas las aves, según su especie. Y vio Dios que todo ello era bueno. LOS BENDIJO Dios, diciendo: «Crezcan, multiplíquense y llenen las aguas del mar, y multiplíquense asimismo las aves sobre la tierra.» Y atardeció y amaneció: fue el día Quinto. Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes de diferentes especies, animales del campo, reptiles y animales salvajes.» Y así fue. Dios hizo las distintas clases de animales salvajes según su especie, los animales del campo según su especie, y todos los reptiles de la tierra según su especie. Y VIO DIOS QUE TODO ERA BUENO.” Al ser humano, lo hace a imagen y semejanza suya, por tanto, está llamado a ser una bendición. Su autoridad para con la creación no le da permiso para maltratarla sino para recrearla y bendecirla a semejanza de Dios. Como dice Proverbios 12,10 “El hombre justo cuida de la vida de los animales; en cambio el corazón malvado es cruel”.
Ante el diluvio universal, Dios decide que se salven también los animales, no sólo le interesa el hombre, quiere preservar toda la creación. Génesis 6, 19-20 ."Meterás en el arca una pareja de todo ser viviente, o sea de todos los animales para que puedan sobrevivir contigo; tomarás macho y hembra. De cada especie de pájaros, de animales, de cada especie de los que se arrastran por el suelo, entrarán contigo dos para que puedan salvar su vida". En el libro del profeta que fue protegido por una ballena, Jonás, Dios tiene lástima de Nínive, no sólo por los seres humanos sino también por los animales, Jonás 4:11 " ¿Cómo, pues, yo no voy a tener lástima de Nínive, la gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben distinguir el bien y el mal, y gran cantidad de animales?"
Los animales aparecen como ejemplo de armonía a la que está llamada la humanidad entera en Isaías 11,6-9 "Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá. La vaca y la osa pacerán, juntas acostarán sus crías, el león, como los bueyes, comerá paja. Hurgará el niño de pecho en el agujero del áspid, y en la hura de la víbora el recién destetado meterá la mano. Nadie hará daño, nadie hará mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahveh, como cubren las aguas el mar".
El Padre cuida y alimenta a los pájaros, ellos son símbolo de quienes creen en la providencia de Dios, Mateo 6,26 “Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? Las hormigas aparecen como ejemplo de laboriosidad en Proverbios 6,6 “Mira la hormiga, perezoso, observa sus caminos, y sé sabio” Según Jesús tenemos que aprender tanto de las palomas como de las serpiente, Mateo 10,16:" Miren, que yo los envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sean astutos como las serpientes y mansos como las palomas."
El trono de Dios, según el Apocalipsis tiene a su alrededor cuatro vivientes, donde uno tiene cara de hombre y el resto de animales: uno de águila, otro de León, otro de Toro. Apocalípsis 4, 7. "El primer Ser Viviente se parece a un león, el segundo a un toro, el tercero tiene un rostro como de hombre y el cuarto es como un águila en vuelo."
Hasta para simbolizar a Dios se utilizan los animales en la Biblia. Dios Espíritu Santo, baja en forma de paloma sobre Jesús cuando este es bautizado (Marcos 1,10) y al mismo Jesucristo se le dice “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1,29)
San Francisco, el patrono de los animales y de la creación, elevó con sus palabras a todo lo que existe, a la categoría humana, llamándolos hermanos. Hermano sol, hermana luna, hermano fuego, hermana tierra, hermano lobo.
Podríamos citar muchos textos. Sin embargo hay algo en lo que no había caído en cuenta hasta que me puse a preparar esta bendición, y es que los que le dieron posada al recién nacido niño Jesús, fueron unos animales en una pesebrera, porque los seres humanos no tenían lugar para él en sus casas. Lucas 2,7
Jesús Genaro Pérez Palencia |