Vamos para atrás como los cangrejos. Los correveidiles, chupópteros y trepas del régimen (franquista, claro) son más y se hacen más fuerte. Y ahora que ha ganado el Partido Popular, se crecen.
Algunos ya lo eran y en los tiempos que corren se hacen notar. Este es el ejemplo de seudo-historiador Pío Moa. que llama a los indignados descerebrados y al ministro del interior cobarde, y dice que hay que desalojarlos aunque haya muertos. Supongo que recuerda cuando él era un asesino del grapo y lo echa de menos y ha cambiado la extrema izquierda por la extrema derecha, que ya saben que muchas veces se tocan.
Por otro lado, hay gente como Sánchez Dragó, aquel que “jugaba con las japonesitas menores de edad” y que fue un “ilustre presentador” de Espe-visión (Telemadrid, para los no iniciados), Este tipo siempre ha presumido de ser anarquista, pero claro se le ha visto el plumero. El día 22, cuando el PP ganó, el franquista Sánchez Dragó habla de “cautivo y desarmado el ejército rojo, las tropas nacionales…” y terminó cantando el Cara al Sol.
Del diccionario biográfico ya he hablado, pero quiero volver a la carga para demostrar que el tipejo –dicen que es historiador— que ha escrito la reseña de Franco dice que el general asesino no era totalitario sino autoritario. Aquí, a esta prueba me remito: