A la hora que estoy escribiendo esta entrada, probablemente sólo queden 8 días. Sin embargo, no puedo marcharme a dormir, sin dejar plasmadas mis sensaciones. "No dejes para mañana, lo que puedas escribir hoy".
Por primera vez en mi vida, me enfrento a una semana que se plantea dura, en una época de mi vida incierta y algo extraña. A nivel académico, me queda poco para finalizar una titulación que no me está aportando buenos momentos. Para colmo, hay exámenes de por medio y eso, siempre dificulta las cosas.
A nivel deportivo, los objetivos nunca quedan claros del todo. Esa chispa, esa emoción, se va diluyendo en un panorama cada vez más viciado por diversos motivos. Pero lo más importante que tendré que afrontar estos días será: correr una prueba, para la que no sé si estaré preparado: una maratón.
Es irónico ver cómo esa incertidumbre, ese miedo a llegar al límite, a sentir cómo tu cuerpo puede desfallecer o conseguir la victoria, es precisamente lo que busco. Un reto, salir de la zona de confort, cometer una maldita locura. Sólo se vive una vez, tengo 23 años y...¿Porqué no? ¡Vamos a intentarlo!
Seré franco. La semana que viene, correré la Maratón de Málaga. Será la V Maratón de mi vida, en la quinta edición de esta prueba. Siendo realista, no estoy técnicamente preparado. Pero...¿acaso importa?. Soy un maratonista y con eso, me vale.
Pienso ir a Málaga, correr al ritmo que haga falta, andar, arrastrarme, apretar los dientes y cruzar el arco de meta con una sonrisa de oreja a oreja. Pienso luchar, sentir cómo los cuádriceps me queman, cómo los gemelos se me quedan cogidos, cómo vislumbro la meta, y se me viene el mundo encima.
Por que eso en parte, es la maratón. Cometer una bendita locura. Afrontar la realidad y ser capaz de darte cuenta de tus límites, superarlos y seguir adelante. Eso señores, será lo que haré. #RunningInMyVeins
Aún no sé donde me alojaré o cómo me desplazaré. Aún no he mirado el recorrido, el perfil altimétrico, qué comeré, qué beberé, que llevaré puesto. No sé nada. Soy un flan, temblando en las garras de lo desconocido.
Sólo sé que el lema de MedRunning, no puede seguir siendo "Correr, no es de cobardes". Ya hemos demostrado con creces, que no lo somos. Porque el running, está dentro de todos. Porque correr, es parte tuya y mía. Correr...se lleva en la sangre.
Haz caso de las señales...¡Corre!Málaga pondrá sus calles. Yo, pongo las zapatillas