Revista Opinión

Quedar en sueños

Publicado el 08 diciembre 2015 por Habitalia
Leía hace unos días un comentario de un h:. en relación con la plancha de quite de Salvador Allende, en la que el expresidente chileno decía:

"Me alejo de los templos, por magníficos que ellos aparezcan ahora en la suntuosidad de su arquitectura y me acojo al templo íntimo que, en plena madurez de condiciones, he logrado edificar para mí mismo. Este Templo, construido con los sólidos muros del idealismo; traducido en la justicia social, la libertad concreta extraña a toda alienación; apoyado en la fraternidad por la proscripción de las clases sociales y de la igualdad por la derogación de cualquier discriminación, ya sea racial, religiosa, económica o cultural, es obra de múltiples experiencias acumuladas con el correr del tiempo."

Hay dos pensamientos principales que llevan a un masón a apartarse de la Orden, uno es el de:

-La masonería no es lo que yo esperaba y me voy.

EL Otro es el de:

-Me tenéis hasta los cojones y me voy.

En el primer caso es una decepción de la Orden, quizá porque tenía de ella unas expectastivas exageradas o en cualquier caso lejos de la realidad, o bien demasiado fantasiosas y subjetivas.

En el segundo caso no es la Orden lo que decepciona sino las miserias de la masonería; que también las hay, ligadas más a la conduca humana que a al ideal de la institución masónica.

A pesar de que la iniciación masonica no es sacramental, pues no tiene relación con los sacramentos religiosos, que tienen como finalidad ser un medio para alcanzar la pulatina purificación del alma a través de actos en los que se produce una recepción de la Gracia, una influencia santificadora del Espíritu Santo.

La misma palabra "Sacramental" hace referencia a convertir en sagrado algo o a alguien. Aclaro esto porque a pesar de que la iniciación masonica no tiene ese caracter, el masón a pesar de que entra en sueños permanece siendo masón, pues lo que confiere la condición de mason es el haber recibido la información que la ceremonía de iniciación o admisión le proporciona, si el masón pudiera olvidar la experiencia y la información dada, podría dejar de ser masón. Lo que puede es dejar de practicarla o dejar de ocuparse de ella.

En ocasiones, un masón durmiente puede experimentar el periodo de sueños como masonicamente enriquecedor. Se puede seguir estudiando y reflexionando acerca de lo masonico sin ocuparse de los asuntos que la masonería práctica; experimentable, ocasionan.

Esta frase larga de Allende, en la que se aleja de los templos para encontrar la libertad "practica", tiene más que ver con el primer pensamiento que he escrito arriba y que lleva a un masón a quedar en sueños. Y que dice mucho de la importancia que Allende daba a su coherencia personal. Por supuesto que la masonería se perfecciona con la experiencia en la logia, pero en ocasiones este perfeccionamiento se contradice con la consciencia.

Y es que ser coherente con uno mismo, dentro de una existencia reflexionada, es algo irrenunciable si se aspira a ser de verdad un ser humano libre.


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