Revista Cultura y Ocio
Cuando no vas a poder estar, mejor no quedar con nadie. Igual no será mañana, pero de tanto fallar, mejor no quedar y así acertar. Si no las tienes todas contigo, no le des a nadie nada. Hay veces que comportarse como un estúpido estirado es lo más elegante. Tienes opciones malsanas y elegir ninguna es hacer pleno. Buscamos lo que nos beneficia, pero cuando estamos a punto de pudrirnos, ser inteligente es no darnos importancia. Es de necios cruzar la vida como si nunca haya fin. A no ser que seas joven y entonces tienes derecho al aburrimiento, pero si de mayor te aburres te conviertes en un muerto en vida. Por tanto, si no te llamo, no te preocupes por mí, es que estoy ocupado en vivir. Acepto que me desprecies, yo no lo hago contigo. Me viene mal ayudarte mañana, sobre todo si no voy a estar. Llámame prudente en demasía si acaso, pero no me llames falso. De tanto aparentar dejamos de ser reales. De joven es fácil prometer, de viejo es difícil no acumular decepciones a no ser que tengas la capacidad de escapar de la morgue. La belleza de una flor radica en su efímera existencia. Cuando dejas de estar, dejas de joder. Me alegra pensar que los recuerdos se desvanecen, los buenos, los malos y los regulares. Quien lo entienda que me ponga una flor, brinde con música y alcohol el día que yo me muera. Si lo hago bien, nadie podrá decir que falté a la cita.