Durante el embarazo, las mujeres tienen que enfrentarse a una serie de cambios corporales; el aumento de volumen del abdomen y el busto, el ensanchamiento de las caderas y, el más evidente de todos, el incremento generalizado de su peso corporal. Estos cambios, a priori, no deben suponer un problema para la gran mayoría, ya que es algo natural del propio embarazo y habitualmente temporal. Sin embargo, quedarse embarazada con trastornos alimenticios ( TCA o Trastorno de la Conducta Alimentaria) puede suponer una gran lucha interna extra para la persona que lo padece.
Quedarse embarazada con trastornos de la conducta alimentaria
Entre los TCA que mayores problemas pueden presentar ante el embarazo se encuentran la Anorexia Nerviosa (AN) y la Bulimia Nerviosa (BN). Un síntoma común de la mayoría de las personas que sufren AN o BN es la disconformidad con su imagen corporal, pudiendo llegar incluso a una distorsión de la misma. Cuando se produce una distorsión de la imagen corporal, la persona percibe su cuerpo o distintas partes de él con unas dimensiones diferentes a las reales o con un aspecto “desagradable” que dista mucho de lo que percibimos los demás.
Anorexia Nerviosa
En el caso de la Anorexia Nerviosa, esta disconformidad hacia la propia imagen corporal se caracteriza por un miedo irracional e incontrolable a engordar. Esto lleva a las personas que la padecen a restringir o limitar al máximo la ingesta calórica. Así mismo, también pueden recurrir a aumentar el gasto energético o a usar laxantes u otros fármacos (como productos quema-grasas). Como consecuencia, se produce una desnutrición severa que, en última instancia, puede provocar un fallo multi-orgánico y el fallecimiento de la persona. Quedarse embarazada con trastornos alimenticios como este puede llevar la estabilidad mental y emocional de la persona a una situación límite.
Bulimia Nerviosa
En lo que respecta a la Bulimia Nerviosa, también se caracteriza por el rechazo de la propia imagen corporal. Dista de la anterior en cuanto a que, en lugar de restricción de la ingesta como tal, lo que aparecen son atracones con una posterior conducta compensatoria (vómitos, uso de laxantes etc). De la misma manera que la AN, también se puede producir malnutrición y un desajuste electrolítico que favorece el riesgo de muerte en los casos más graves. Además, acarrea graves consecuencias tales como:
- Corrosión de los tejidos del tracto digestivo superior por los ácidos del estómago (en el caso del vómito frecuente)
- Trastornos digestivos a causa de los atracones
- Comorbilidad con otras patologías debido a la malnutrición (anemia, osteoporosis, problemas cardiacos etc).
De esta manera, para las mujeres con TCA, el embarazo se puede convertir en una experiencia traumática por sus miedos; deben enfrentarse a engordar o ver alterada su figura corporal constantemente.
Las posibles consecuencias al quedarse embarazada con trastornos alimenticios
- Evitar o rechazar la idea de quedarse embarazada a toda costa, a pesar de tener un gran deseo por ser madre. Esto genera mucho malestar y una gran frustración, pues se produce una ambivalencia entre lo que se quiere hacer y el sentimiento de incapacidad para llevarlo a cabo.
- Ante la situación de embarazo, que se agrave la sintomatología del TCA, poniendo en riesgo la salud (y la vida) de la futura madre y su bebé.
- En mujeres que sufrieron TCA en el pasado y que creían tenerlo superado, durante el embarazo pueden volver a surgir muchos de sus miedos y reaparecer la enfermedad. En estos casos, es importante estar atentos a cualquier signo de alarma y recurrir a ayuda profesional para evitar una recaída.
- Por supuesto, como todo en la vida, también puede suceder que el deseo por la maternidad sea más fuerte y que el TCA pase a un segundo plano. No obstante, también es recomendable prestar atención a la evolución del mismo para evitar complicaciones posteriores.
Así mismo, hay que tener en cuenta los cambios hormonales que se producen durante el embarazo y postparto. Estos pueden alterar el estado del ánimo, favoreciendo, en ocasiones, estados depresivos que aumenten el malestar hacia la propia persona y su imagen corporal.
Claves para tener un embarazo saludable
- En caso de embarazo deseado y buscado, solicita previamente orientación profesional para controlar el TCA, para así evitar en lo posible las consecuencias anteriormente mencionadas.
- Cuida tu alimentación y trata de llevar un estilo de vida saludable. Esto va a ayudar a que los cambios corporales estén lo más controlados posible, favoreciendo una mejor aceptación de los mismos.
- Conoce con anterioridad los cambios que se van a ir produciendo durante el embarazo, así sabrás a lo que te vas a ir enfrentando en cada momento.
- En caso de un embarazo no deseado, valora la idoneidad de continuar o no con el proceso, ya que las consecuencias psicológicas pueden ser devastadoras.
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