Quédate a mi lado.
Déjame perderme en tu piel.
Nada es más dulce que embriagarme de ti.
Déjame fundirme contigo.
Déjame amanecer todos los días embriagado de tus besos.
Quédate a mi lado.
Déjame fundirme ti, sintiendo tu fuego, que me hace revivir cada día, dándote mis besos, mi entrega y hasta la última gota de mí ser.
Enséñame a amar eternamente.
Cada poro de mi piel te pertenece.
Cada respiración, cada suspiro es para ti.
Nada me gusta más que mecerme en tus alas.
Nada me gusta más que sentir el fuego de tus caderas.
Nada más bella que la magia de tus cadenas.