Revista Cultura y Ocio

Quejas para un domingo de luto

Publicado el 30 mayo 2010 por Hache
QUEJAS PARA UN DOMINGO DE LUTO
Hablaba hace unos días con un amigo que me contaba que él aceptaría de buen grado la reducción de salario a los funcionarios si las cosas se hubieran hecho en la escala que deberían haberse llevado a cabo; me decía que entendería perfectamente esa reducción de sueldo si antes se le hubiera metido mano al capital (que los bancos devuelvan de una puta vez la inyección económica que recibieron, que para eso fueron ellos los que jodieron la historia), al ejército (¿alguien me puede explicar por qué se sigue aumentando el gasto en Afganistán?) y a la Iglesia (que se retire hasta la más mínima subvención estatal a la Iglesia ¡YA!).
Pues hace apenas cinco días recibía un e-mail que le habían mandado a él y que no me resisto a dejar de enseñarles:
CARTA A MI PUTO BANCO:
Muy señores míos:
Por la presente lamento comunicarles que he decidido pagar un 5% menos en el recibo mensual de la hipoteca que tengo con su banco. Ha sido una decisión difícil, muy difícil y dolorosa, pero me es imprescindible recortar gastos para salvar mi economía particular y reducir mi déficit. Al fin y al cabo yo, como el resto de ciudadanos, colaboré en su día en la inyección de liquidez que recibieron ustedes para salvar el sistema financiero. En realidad me he visto forzado a tomar esta decisión porque mis padres, al ver el saldo de mi cuenta corriente, temen verse en la obligación de dejarme dinero y ustedes, como banqueros que son, saben mejor que nadie que no tiene sentido poner capital si no es para conseguir pingües beneficios. Me he informado y sé que es lícito tomar este tipo de decisiones de forma unilateral y sin previa negociación (hay precedentes: ver declaraciones del Presidente del Gobierno en el parlamento el pasado 12 de mayo). Aprovecho la ocasión para comunicarles que ya dispongo de suficientes sartenes y no necesito que me regalen ninguna más.
Atentamente,
xxxxxxxxxxxxUn funcionari@ hipotecad@.
El caso es que cuando recibí el correo electrónico una sonrisa surgió inmediatamente, pero hoy domingo releo aquel texto de Ray Loriga que decía:
xxxxxSentirte como Jim Morrison no te convierte en Jim Morrison, pero no sentirte como Jim Morrison te convierte en casi nada.
xxxxxYo nunca saldría a la calle sin sentirme como Jim Morrison o Dennis Hopper por lo menos.
y la sonrisa se transforma en una mueca de fastidio porque se ha muerto otro de los grandes, de Dennis Hopper ya sólo nos quedan sus películas.

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