Queralt Casas en Fontajau. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado / Girona
Las dificultades retratan a las personas. A Queralt Casas (Bescanó, Girona, 1992) no parece importarle hablar mucho más alto en el tramo final de la entrevista para entendernos entre las canciones y los aplausos en un Fontajau al que van llegando las 5.500 personas que lo llenarán. Lo normal minutos antes del segundo (y definitivo) partido de la final de la Liga Día entre el Uni Girona y el Perfumerías Avenida. Queralt Casas es generosa, cercana y alegre. Y muy persistente. Sólo alguien así es capaz de volver a disputar un gran torneo con la selección tras cinco años de ausencia (del Eurobasket de Francia de 2013 al Mundial de Tenerife de 2018). La escolta internacional acaba de vivir su temporada más extrema: pasó de ser descartada por el Flammes Carolo francés a ganar la Liga y la Copa húngaras y jugar la Final Four de la Euroliga con el Sopron.
—"Nunca dejes de confiar en ti misma, porque sólo tú sabes cómo y cuánto has luchado y trabajado durante todos estos años", escribiste hace unos meses en redes sociales. Es complicado seguir confiando en ti, sobre todo, cuando te paso algo inesperado y/o que no está en tus manos. O cuando no has hecho nada para que dejen de creer en ti. La oferta del Sopron resultó una bendición. Lo mejor que me podía pasar. El cambio fue a mucho mejor. —¿Aquellos días sin equipo han sido los más largos de tu carrera deportiva?Cuando te pasa algo que no te esperas ni hay motivos para que suceda... Me sentía cómoda en la pista. Había empezado bien la temporada... —Eras la más valorada del Flammes Carolo en la Euroliga. Por eso. Pasé de tener esa confianza a no saber qué sería de mí. ¿Y si me tenía que quedar en casa hasta el final de la temporada? No fueron los días más largos de mi carrera, pero sí los más duros. Tuve la gran suerte de que Roberto [Iñiguez] estuviese interesado en mí. —¿Dudaste de ti misma en esos cinco días?No. Sabía que era una cosa que no tenía nada que ver con el baloncesto. —"Prescindir de Queralt Casas no era una decisión que quisiéramos tomar, pero tenemos que cambiar algo para buscar la estabilidad", aseguró Romuald Yernaux, técnico del Flammes Carolo. Por eso. Me llevaba súper bien con las compañeras, íbamos a cenar, destrozábamos canciones en el karaoke... Sé cómo trabajé, cómo me entrené, cómo jugué y cómo estuve en el vestuario. —¿Cuántas ofertas tuviste esos días? Dos de Euroliga y al menos una de Eurocup. —¿Se pueden decir los clubes?Sí, las de Euroliga, del Sopron y del Olympiakos. Cuando supe del interés del Sopron, no me lo pensé dos veces porque sabía que llegaría lejos en la Euroliga. ¡Y así fue! He podido jugar mi primera Final Four, un sueño pendiente. La propuesta del Olympiakos era mejor económicamente, pero en el aspecto deportivo, que es el que me interesaba y me interesa, me convenía el Sopron. Me decidí rápido. —¿Y qué equipo era el de Eurocup?Ni llegamos a hablar. En cuanto mi agente me dijo que tenía propuestas de Euroliga, le dije que adelante. Me sentía a gusto en esa competición y quería seguir disputándola. —A Roberto Íñiguez le encanta hablar de baloncesto con las jugadoras que disfrutan haciéndolo. En el Ros Casares se lo pasó pipa con Laia Palau y Silvia Domínguez. Intuyo que contigo también. Tenemos una muy buena relación. Nunca había trabajado con Roberto y me di cuenta rápido de que nos entenderíamos. Nuestro estilo de juego es el mismo. —Tiene un tono muy pedagógico. ¿Roberto Íñiguez es un maestro? Un gran maestro. Entiende mucho de baloncesto y le encanta corregir detalles y estar encima de las jugadoras. Me ha ayudado un montón. ¿Sabes? Roberto Íñiguez es el entrenador perfecto para las jugadoras jóvenes porque las entiende mucho. —Y les da confianza al margen del error. Exacto. Todo el mundo se equivoca en el baloncesto y en la vida. Con el estilo de juego de Roberto Iñiguez (velocidad, verticalidad y agresividad) siempre perderás pelotas y cometerás errores. Es una propuesta muy rápida y, claro, tiene sus riesgos. —¿Quién quieres que gane la final de la Liga Día? ¿El Uni Girona o el Perfumerías Avenida?Tengo amistades en los dos equipos, pero la ciudad tira... Ojalá el Uni remate ante su afición la victoria en Salamanca. Èric Surís fue uno de mis primeros entrenadores. —¿Continuarás en el Sopron? No seguiré en el Sopron. —Entiendo que ya tienes alguna oferta... Sí, pero todavía no es oficial... No puedo decir nada. Por mí lo anunciaría, pero es el club quien quiere comunicarlo. [Le insisto y se ríe]. ¡No te lo puedo decir! ¡Mira cómo aprieta...! [Risas]. —Supongo que Sergi Llull continúa siendo tu ídolo porque te ves reflejada en su juego, carácter... Es curioso. [Se ríe]. Porque mira que soy culé, culé, pero me Llull gusta mucho. —¿Sois parecidos, no?Bueno... Aunque los hombres tienen un juego mucho más físico, sí que tenemos uno semejante. No sé si es por eso por lo que me gusta tanto Llull. Desde pequeña me he fijado mucho en él, incluso en sus primeros años en el Madrid, cuando no jugaba tanto. Entonces yo estaba en el Rivas Ecópolis y en el Basket Zaragoza. Sergio Llull será mi ídolo siempre. También me encanta Nando de Colo.