Queremos un mundo mejor sin mover un dedo

Miguel Delibes

Queremos un Madrid más limpio, pero sin restricciones al tráfico.

Queremos un mundo sin cambio climático, pero sin modificar nuestros hábitos contaminantes.

Queremos unos colegios sin bullying, pero seguimos riéndonos de nuestros compañeros de trabajo, de nuestros vecinos, de la gente diferente que vemos por la calle.

Queremos que se acabe el racismo, pero identificamos a algunas personas como "el moro", "el negro", "el chino".

Queremos que se acabe la homofobia, pero si nos enfadamos con nuestro primo es un puto maricón.

Queremos que se acaben los abusos sexuales, pero esa chica va provocando.

Queremos que se acabe la violencia de género, pero hay veces que tu novia se merece una hostia.

Queremos que se acabe la pobreza, pero no dedicamos un céntimo a su erradicación.

Queremos que se acabe la explotación, pero seguimos comprando en Zara y en Primark.

Queremos que se acabe la guerra de Siria, pero no llegamos a entender -ni nos esforzarnos por entender- ni siquiera cuáles son los bandos enfrentados.

Queremos que se auxilie más a los refugiados, pero que sean acogidos en otros países.

Queremos que se acabe el terrorismo, pero nos esforzamos en imponer nuestro imperialismo económico y cultural.

Queremos que se acabe la corrupción, pero seguimos votando a los corruptos.

Queremos que se acaben los contratos precarios, pero la huelga general no sirve para nada.

Queremos un Sistema Educativo eficiente, pero no atendemos a las demandas del profesorado.

Queremos una televisión más cultivadora, pero preferimos ver el reality de la tarde que un documental.

Queremos una sociedad más instruida y culturizada, pero se venden más magazines que nobeles.

Queremos un entorno laboral meritocrático, pero asumimos como natural el enchufismo y la zalamería.

Queremos una Sanidad Pública de Calidad, pero hacemos más caso a los gestores que a los profesionales sanitarios.

Queremos que se acabe con el maltrato animal; pero nos gusta ir al zoo, comprar cosméticos de empresas que experimentan con animales y comer carne en cantidades industriales.

Queremos, queremos... ¡Qué fácil es decir, pero qué difícil hacer!