Queremos un programa de música digno en televisión

Esta tarde, tomando el aperitivo con Jorge Martínez de Ilegales y con Vanexxa, le comenté a esta última que estaba en marcha una campaña a través de Internet con el fin de lograr un espacio exclusivamente musical en la pequeña pantalla. Pero no uno de esos de “videoclips 24 horas” sino uno de actuaciones en directo. Y a ella le pareció una idea perfecta, como a ti, como a mí, como a  cualquiera.

Deporte, cine, corazón… ¿pero qué ocurre con la música en la actualidad? Por ello, porque Los conciertos de Radio 3 en La 2 dejan fuera al gran Rock y a sus estrellas, las actuaciones de Aplauso o Tocata pronto podrán ser expuestas en algún museo y programas más recientes como Música sí a veces  provocaban demasiados cambios de canal, El Sonido de California también se suma a esta iniciativa emprendida por nuestra web nodriza Rockinandblogin, y que podéis apoyar  en Queremos un programa digno de música en la TV pública en Facebook si tenéis cuenta en Facebook. Phil, su responsable, me invitó a unirme a la causa con el siguiente mensaje:

«Ya ha empezado el acoso y derribo para intentar presionar a TVE para que haga por fin un programa de música con actuaciones en directo como nos merecemos. Los conciertos de Radio 3 en La 2, eso está bien para los indie (…) El propósito de este grupo es intentar emular lo que hicieron los ingleses quitando el número 1 de ventas navideñas al ganador de la edición inglesa de Factor X incitando a que se comprara el single Killing In The Name de Rage Against The Machine para protestar por la música simple y sin sentido. Si ellos lo lograron, ¿por qué no nosotros?»

Lo dicho, una idea perfecta. Pero los más inconformistas no se detendrían en un pequeño cambio pudiendo tomar las riendas de la situación con una revolución. De modo que si se pide un programa de música digno en televisión, habría que hacer lo propio en la radio, ¿y por qué sólo uno? Continuando con la lista de medios se exigirían revistas en condiciones, accesibles a toda clase de públicos, sin sectarismos, y páginas web, y blogs. Aquí es donde tal vez eche abajo mi tejado a pedradas, pero cada vez que me doy una vuelta por ahí más me deprimo. Me refiero a un tipo de blogs y a sus autodenominados “bloggers”. Lo suyo es el ¿Qué?, lo demás les da igual. Maestros del copia y pega y del traductor, enemigos de la documentación y del cuidar las formas, de contrastar fuentes, del lenguaje… La libertad de expresión que ofrece el ciberespacio a la ciudadanía es magnífica, pero hay quien la malinterpreta y quien no se da cuenta y muerde el anzuelo. No hablamos de crear un blog para escribir las cuatro cosas que te pasan a diario para que las lean tus amigos y te escriban no sé qué. Se trata de blogs con intención informativa y divulgativa, que dicen y dicen y no reparan en cómo lo hacen. Empecemos con una terapia de autocrítica para mejorar, este blog el primero, y más adelante pidamos  lo que queramos. Si ya lo dijo el señor Miyagi: “dar cera, pulir cera”.