-Las mujeres pueden, quieren y deben votar. No le quepa a usted duda, y la prueba está en que contra el voto no se han esgrimido aún argumentos serios. Todos dicen lo mismo: "que no le interesa la política"..., "que no está preparada"..., "que votará al cura"..., "que es un peligro"... Nada de esto es cierto, y si lo fuera, nadie más que los hombres serían los culpables. ¿Por qué las han tenido sin enterarlas de nada? ¿Por qué no las han apartado de la influencia religiosa? Aquí -continúa la señorita Campoamor- hay un dilema. O la mujer es capaz de ejercitar este derecho como los hombres, o no es capaz. En el primer caso, hay que respetárselo, igual si se inclina a la derecha que si se inclina a la izquierda. Me parece que democráticamente no hay otra solución. En el segundo caso, o sea en el de los que creen que la mujer no es capaz para el voto y que se aprovecharán de él los enemigos de la República, todavía la tesis es más absurda. Sería tanto como conceder a los reaccionarios más habilidad para captarse el voto de la mujer que la que pueden tener los republicanos de veras.
-¿Pero usted cree que las mujeres tienen mucho interés en votar?
-Yo solo sé que, desde hace dos meses, no dejo de recibir cartas y telegramas de mujeres de todas partes felicitándome por esta campaña.
-¿Pero usted no cree, como muchos diputados, que el voto femenino puede constituir un peligro para la República?
-Yo no creo que la mujer española se muestre ingrata con esta República, que le concede todo cuanto se le negó antes."
Declaraciones de la diputada Clara Campoamor a la periodista Josefina Carabias para el periódico Ahora (29/11/ 1931).
Josefina Carabias. Crónicas de la República.