De Alhama. Una vez más haces acto de presencia, no te resignas a vivir acomodada y tranquila en la zona de la placa euroasiática que te ha sido asignada; muestras una telúrica tendencia exhibicionista y ahí andas, aflorando periódicamente a la superficie con diferentes intensidades.
Parece que tienes cierta querencia por el mes de Mayo, en plena primavera, con ese cielo azul de la infancia tan hermosamente machadiano pero que por aquí propicia calores excesivos durante muchos meses y una sequía cada vez más pronunciada.
Hace cinco años destrozaste media ciudad y te llevaste por delante vidas humanas. Nada podemos hacer contra ti, eres imbatible e impredecible, rebates el lema del escudo que habla de solum gratum y nos conviertes en suelo ingrato. Maldita seas, déjanos tranquilos.