Te pido disculpas porque, a veces, sin darme cuenta, te exijo demasiado, o mejor dicho, me dejo llevar por las (en teoría buenas) formas y me olvido del contenido: tu inocencia, tu camino hacia el aprendizaje pleno, tu falta de mala baba, tu dulzura y tu locura creativas... Los adultos somos así de complicados.
Perdón, mi vida, porque a veces sin querer, y acostumbrada a que seas tan "personita", olvido que eres NIÑA sin más (y por suerte). Me dejo llevar por la inercia del resto, y entonces ocurre lo inevitable: el resto se cree con derecho a exigirte también "porque tú ya eres mayor".
Pues NO. Me niego. Y por ello te pido mil perdones.
Aún no llegas a los 4 y me gustas como eres. Me encantas, tal cual, sin condiciones. Y espero que sepas disculpar a la torpe de tu madre, que ya sabes que mete la pata a menudo. Estás aprendiendo, y quien no sepa verlo está claro que necesita que alguien le diga "tú SÍ eres mayor".
Te quiero así: locuela, alegre, cantarina, cotorra, contadora de historias...
Te quiero así: queriendo jugar con todos, adultos y niños.
Te quiero así: queriendo estar con todos, hablar con todos.
Te quiero así: reclamando tu mini espacio, que también tienes derecho, porque siempre donde vas "eres la mayor", pero apenas has cumplido los 3 años y medio.
TE ADORO PICHU. Es imposible no hacerlo.
Por favor, no cambies jamás... papá y mamá necesitan seguir aprendiendo de ti.