Querida yo

Querida yo,
Estás a menos de doce horas de ser libre. Está a punto de pasar el último primer cuatrimestre de tu carrera. ¿Cómo te sientes? ¿Más vieja? ¿Más madura? ¿Más experimentada? Atacada sí, quizá. Porque te conozco y sé que por mucha ilusión que te haga acabar la carrera, no haces más que pensar en qué será de ti cuando acabe de verdad. Sé que piensas que el próximo año tendrás que afrontar nuevos retos, quizá un máster, quizá un curso, quizá una especialización, terminar (por fin) inglés... Y que eso te aterra, porque siempre te aterraron las cosas nuevas.
Pero bienvenida a partir de mañana a los últimos meses de esta meta que tanto te costó conseguir, para lo que te motivaste día a día, para lo que no dormías alguna vez.
Y sea cual sea el resultado, espero que estés tranquila, porque a ilusión nadie te gana y cuando llegue el día de las decisiones importantes, de arrojarte de un empujón al mundo de los mayores, te darás cuenta que estás más que preparada.
Y que aunque parezca que no, el sol siempre volverá a salir.
Atentamente,
Yo.