Revista Creaciones

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Por Masqueudos

tenemos que hablar. 

De un tiempo a esta parte siento que lo nuestro no funciona, al menos no como antes. Siento que- no te ofendas- estoy perdiendo el tiempo contigo. Al principio pensé que me conocías, te conté todo de mi: mi biografía, cuándo estudié en el Colegio Santísima Trinidad de Salamanca, dónde trabajé y dónde trabajo ahora. Te dije quiénes eran mis amigos y a qué universidad fui. Todo.

Pero siento que lo nuestro ya no funciona. Me cuentas cosas qué… o entiendo… no sé por qué me las cuentas a mí. Antes de ayer me enseñaste a hacer tortillas en moldes de magdalenas. Luego me mostraste el gatito al que el pastor alemán le ayuda a subir los peldaños de las escaleras. Ayer a la niña a la que le han regalado por su cumpleaños una escopeta. La otra que se ha leído mil  libros con cuatro años. Hace un tiempo me contaste cómo serían las princesas de Disney si no llevaran maquillaje, si fueran ya abuelas o si fueran madres. Sé que ha sido de todos y cada uno de los exconcursantes de Gran Hermano. Me has descubierto cien mil manera de hacer manualidades en cinco minutos, Facebook.

Y lo peor de todo es que sabes que no me interesa, pero lo veo. Estoy cansada, Facebook. Me tienes la cabeza como un bombo con tantas cosas absurdas e inútiles que me hacen perder tiempo. Una relación así no funciona, me estás fundiendo las neuronas. 

Así que creo que tenemos que darnos un poco de espacio. Reflexionar, por separado, sobre qué queremos en la vida y hacia dónde vamos. Y no es por Twitter, ni por Instagram, no hay nadie mas en esto. No eres tú, soy yo. Creo que ha llegado el momento de pararme a pensar en qué quiero invertir mi tiempo y dejar de lado los vídeos de gatitos. No te enfades. Al menos, y si a ti no te molesta, podemos seguir siendo amigos. 


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