Revista Deportes

Querido Santiago:

Publicado el 13 septiembre 2012 por Jvilla

Es posible que no se te haya dado todo el trato que merece un bi-campeón de Europa con España y uno de los mejores jugadores españoles del panorama actual. Quizá no se te ha pagado al día, pero se te ha pagado. Probablemente se hayan cometido muchos fallos y, como tú bien dices ahora que no estás aquí, haya habido caos dentro del club. 


De todos era sabido que no estabas bien en el Málaga desde el principio. No sonreías como lo hacías en Vila-Real. Tampoco se te pedía que sintieras los colores, ya que un asturiano que ha pasado toda su carrera en un equipo de Castellón poco sentimiento malaguista podría tener más allá de los ceros que figuraran en su contrato.
A todos nos sigue encantando verte marcar goles, ahora para la Selección. Y serás bien recibido cuando quieras pasar unas vacaciones por la Costa del Sol. 
Querido Santiago:Pero una cosa ha quedado patente. Todos y cada uno de los demás jugadores de la plantilla podrían haber hecho lo que hiciste tú: Denunciar a tu club a sabiendas de que ello podría acarrear incluso un descenso y unas sanciones que harían peligrar la continuidad del Málaga. Pero aquí lo importante ante todo era cobrar. Todos, como digo, podrían haberlo hecho. Sin embargo, tan sólo te siguieron otros tres. El resto prefirieron aguantar, confiar y esperar. Porque para ellos primaban otros valores. Ellos no mordieron la mano que les daba de comer. Gracias a ellos y no a tí ni a Rondón ni a Mathijsen; el Málaga sigue siendo hoy día un club que, por encima de dueños, jeques, pagos, denuncias y demás historias; ilusiona a miles y miles de personas,  muchas más de los casi 30.000 fieles que se dejan su dinero además de la garganta por su Málaga.
Ellos, los que se han quedado, tienen mucho más derecho a hablar y a contar lo que han sentido y padecido este verano a costa de la incertidumbre creada. Pero no tú, que fuiste el primero en abandonar un barco ante una marejada que ha quedado tan sólo en eso. 
Por ello, ahora que has partido hacia Londres, quizá sería hora de ilusionarte con tu nuevo club, seguir haciendo un buen trabajo y olvidarte de ese lugar donde tan mal lo has tenido que pasar.

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