Así empezaban la mejores cartas que hemos escrito en nuestras vidas. Eran unas cartas llenas de ilusión y esperanzas. Textos llenos de
inocencia en los que pedíamos muchas mas cosas aparte de los juguetes con los soñábamos. Nada podía rompernos esa cara de emoción al dejar la carta en el buzón (nunca he sabido que hacían los señores de Correos con ellas, sería cruel que tirasen tanto sentimiento dobladito en cada sobre a la basura). Todo cambió cuando un tiempo después nos robaron los sueños contándonos la mentira esa de que no existen y ese día se nos cayeron los palos del sombrajo. En el más desconsiderado de los spoilers nos dijeron que los Reyes Magos eran los padres. Mienten.
Los Reyes Magos existen aunque no repartan juguetes. Existen aunque seas republicano, porque la verdad es que bién mirado, ni sabemos cuantos eran ni si eran Reyes. Existen porque hay seres que tienen el poder de salvarnos al hacernos revivir la ilusión y las ganas 
El mago puedes ser tú, o tu vecino o hasta podría decir que alguna vez yo mismo, sin quererlo. Para ser un mago auténtico no hacen falta grandes trucos ni chisteras con un poco de voluntad y una sonrisa casi siempre vale. Verás como haciendolo podrás revivir ese nosequé que no recordabas ya que tenías porque pensabas que te lo habían extirpado en el último recorte. Pero todavía está y te hará conseguir cosas que ahora crees imposibles porque estás sumido en la oscuridad en la que nos han metido, con engaños, “los magos del lado oscuro” 
Debes dar el paso porque compadeciéndose en el sofá no se llega muy lejos ¿verdad?. Además, ¿has pensado alguna vez que después de todo lo que nos han hecho poco tenemos que perder ya? Estamos en ese punto del que nos hablaba Vicent Andrés Estellés, “porque llegará un momento en el que ya no podremos más y entonces lo podremos todo”. Parece que la chispa ha prendido y esto está cambiando, las 
Por eso yo voy a sentarme a escribir una carta, como las de antes, a mi 
Y ahora voy corriendo a abrir mis regalos. No son caros, no hace falta, son esas las cajas llenas de ilusión y buenos sentimientos que no se venden en ningún sitio y que comparto con vosotros. Seguro que tenéis unas cuantas porque he pedido también para vosotros.

