Sugerida por...Omar Magín
Parte de las puertas o ventanas en que entra el espigón del quicial, y en que se mueve y gira.
“…El tiempo está fuera de quicio, deportado, fuera de sí, porque estamos abocados a una tarea: descifrar la herencia que somos…”
Queridos lectores, esta frase la encontramos en la obra del psicoanalista y escritor de origen argentino Jorge Alemán Lavigne, La experiencia del fin: psicoanálisis y metafísica, y se trata de un fantástico ejemplo para ilustrar una de las locuciones más típicas asociadas a nuestra voz del día...
*Fuera de quicio. Dejar fuera de orden el estado normal de las cosas.
*Sacar de quicio a alguien. Indignar, exacerbar, encolerizar, enfurecer, irritar, enojar, poner fuera de sí.
*Sacar de quicio algo. violentar, airar, acometer, obligar, atentar, forzar, crispar, dominar sacar algo de su curso de su estado natural.
*Sacar de su quicio o de sus quicios algo. Propasarse, pasarse de los límites.
A pesar de toda esta variedad de construcciones, siempre debemos tener presente que quicio, como sustantivo, no es sino un madero o marco que asegura las puertas y ventanas, en el que se colocan pernios, goznes o bisagras para que girando se abran y se cierren...
¿Os podéis imaginar una puerta que esté fuera de quicio o que la hayan sacado de su correspondiente quicio?, quizá ahora se haga más claro el origen de estas expresiones ;-)
¡Hasta el próximo artículo desquiciado!
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