A tan solo tres días de haber lanzado el último Ghostbusters la compañía encargada de su desarrollo se ha visto obligada a declararse en bancarrota. Según ha desvelado hoy el medio Kotaku, el reciente fracaso de ventas cosechado por el título anteriormente mencionado no ha sido la única causa que les ha llevado a la quiebra, sino que Fireforge ya arrastraba una importante deuda acumulada principalmente por la cancelación de dos MOBAs que nunca llegaron a ver la luz.
La desarrolladora californiana fue fundada en 2011 por el exempleado de Blizzard Tim Campbell. Esta solamente cuenta en su haber con el juego lanzado en paralelo con la última película Ghostbusters (el pasado 12 de julio), un título que además ha resultado ser todo un fracaso debido en gran parte a que el desarrollo del mismo se llevó a cabo en tan solo 8 meses, lo que derivó en un muy bajo nivel de calidad.
Sin embargo, este fracaso solamente ha resultado ser la guinda del pastel, ya que las fuentes de Kotaku señalan a una deuda de no menos de 12 millones de dólares que posee Fireforge frente a otras dos compañías con las que habría cerrado acuerdos para la creación de dos juegos. La primera de ellas se trata de Tencent, compañía editora china a la que le deberían los chicos de Tim nada menos que 11.3 millones nacidos de la financiación de un proyecto con nombre en clave Atlas.
La segunda de ellas es Min Productions, una empresa propiedad de Min-Liang Tan (también CEO de la conocida compañía Razer) que ha demandado a la desarrolladora alegando que han utilizado su financiación para trabajar en el proyecto Atlas en lugar de en Zeus, el otro videojuego que también fue cancelado y que deberían haber desarrollado para Min.
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