Revista Opinión

Quien condenó nuestras vidas

Publicado el 12 junio 2018 por Carlosgu82

Hoy, raramente, se me ocurrió plantearme, quién coño inventaría aquello de los sueldos vitalicios. Por ejemplo.

Otro de los privilegios de algunos pocos al parecer, bendecidos por arte de magia, que “por costumbre” venimos asumiendo el proletariado.

Igual que aquello de asignar 7,5 millones de € a la casa real o dotar a presidentes, ministros, secretarios, vicepresidentes, alcaldes e incluso concejales del poder de asignar a asesores que dispondrán de sueldos de entre  60 y 100.000€ anuales, más gastos pagados, sin necesidad de que éstos posean cualquier formación o experiencia para desarrollar su trabajo. Asesores que después resultan imputados por malversación de caudales públicos, y sentenciados a penas de menos de 2,5 años de carcel, canjeables por multas que después volverán a sus mismos bolsillos. Asesores, que además de percibir sin merecerlo y sin la menor garantía de asesorar, sueldos escandalosos, que son designados libremente por los representantes del pueblo,  además de robar legalmente, nos roban suciamente, al pueblo, que les paga el sueldo y los privilegios.

El pueblo, que se muere de hambre, que las pasa putas, que trabaja media jornada, osea 12 horas al día, o que a los 35 años y trabajando desde los 15, sólo tiene cotizados 421 días. El pueblo que tiene que pedir en la beneficencia para que sus hijos puedan comer, que tiene que vivir con sus maltratadores porque no tienen otra posibilidad o que con más de 80 años tiene que irse a vivir a la puta calle.

El pueblo, que recibe hostias y palos por parte de la policía, a la que ellos mismos financian, el estudiante cuyos padres han pagado la pelota de goma que le sacó el ojo en una mani a su hijo. El pueblo que también le dá el sueldo y el sobresueldo a un grupo de desgraciados que violan a una adolescente en grupo.

El pueblo subyugado, doblegado, humillado, al que ya no le queda nada, al que le han arrebatado hasta su dignidad, hasta su fuerza para rebelarse.

El pueblo, que tiene asumido que tiene que pagar, además de por mantener a sus propios represores, además de sueldos de políticos con los que, sólo con uno vivirían 10 familias durante todo el año, además, asume que ha de financiar los caros e innecesarios privilegios a sus propios representantes políticos, y a sus familiares, amigos y conocidos.

El pueblo que se ha encontrado en un sistema en el que tiene que pagar a sus representantes políticos, todos y cada uno de los gastos que se generen en el ejercicio de sus labores, sus coches y chóferes, el vestuario, un 90% de la  facturación anual de las empresas de sus primos, el Audi de su hija y el piso en el centro histórico de su otra hija. Mientras tu hija se muere por merendar jamón serrano, lleva mayas rotas y cuando la miras, no puedes dejar de sospechar que, por mucho que intentes, la suerte que va a correr será similar a la suerte que le tocó vivir a su mamá.

Bien, jóvenes, como era de esperar, el propulsor de este sistema impuesto y blindado en el que nos ha tocado pasar nuestra vida, ha sido, cómo no, nuestro amigo socialista F. González.

He aquí la primera propuesta legislativa, aprobada en 1983 como Real Decreto 2102/1983 y que, inexplicablemente no aparece de ninguna manera posible en la web que recoge todos los BOEs aprobados desde que existen, así que lo inserto en varios screenshots:

Quien condenó nuestras vidas

Quien condenó nuestras vidas

Quien condenó nuestras vidas

Quien condenó nuestras vidas

O bien,

https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-1983-21537

Esta ley, Real Decreto, fué derogada en 1992, por este mismo ex presidente, sustituyéndolo por otro Real Decreto que proporcionaba más privilegios a los ex presidentes, concretamente el sueldo vitalicio. En el 1993, perdió la mayoría absoluta en el Congreso por lo que pactó con CIU para obtener la presidencia del gobierno. Poco después de que Aznar fuera embestido como presidente del Partido Popular, entonces la única oposición relevante.

Cuatro años después de la aprobación de esta ley, en las siguientes elecciones, el alabado F. González perdía las elecciones frente a un, por entonces, casi desconocido, J.M. Aznar, eso sí, habiendo establecido un sistema hermético, caracterizado por la sumisión inherente del pueblo a  la aceptación del sistema preestablecido.

Quien condenó nuestras vidas

O mucho mejor en

https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1992-9509


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