Mientras el régimen de Libia se desmorona y los rebeldes luchan por hacerse con el control de Trípoli, funcionarios de inteligencia han expresado su preocupación por el destino de los arsenales de armas de la nación norteafricana.
Temen que los inventarios de misiles antiaéreos portátiles, agentes químicos –entre los que habría 11 toneladas de gas mostaza- y materiales radioactivos puedan caer en las manos equivocadas o que incluso sean utilizados por las fuerzas leales al coronel Muamar Gadafi para librar la batalla final.