Hoy tenemos el placer de entrevistar a Raquel Huéscar, psicoterapeuta y directora de EnBrazos, empresa de selección y formación de niñeras profesionales. Raquel ha colaborado en diferentes medios de comunicación como la revista Psicología Práctica, el programa de RTVE “Las mañanas de la 1″ en la tertulia Saber Mirar y en el programa “Entre todos” de la misma cadena.
En los últimos años, muchas familias están buscando alternativas a la guardería y apostando por otros tipos de servicio: niñeras, madres de día, jardines rodantes… ¿Por qué crees que está ocurriendo este cambio?
Las familias están cada vez más informadas sobre alternativas a los métodos tradicionales, buscan un cuidado más personalizado y familiar con sus hijos. Por tanto, la flexibilidad que ofrecen las niñeras son muy valoradas por los padres. Se valora el número de niños por cuidadora, la cercanía al propio domicilio, la calidad en la alimentación y el vínculo que sus hijos establecerán con otras personas.
Cualquier niño/a puede beneficiarse del cuidado de una niñera, o hay algunos casos en los que no lo recomiendes, ya sea por edad, por necesidades educativas especiales o por otro motivo?
Lo importante es encontrar a la persona idónea, con formación (si lo requiere de esa forma las necesidades del niño/a), siempre con experiencia y de forma imprescindible con un gusto genuino por los niños. Hay familias que necesitan a una persona para sus bebés y otras lo requieren para más mayores. Nosotras pensamos que la selección ha de ser muy cuidada y que las familias se enriquecen por incluir un nuevo vínculo, del que se aprende, de la misma manera que también se le pueden hacer observaciones para que siga el estilo de crianza de la familia.
Para los padres, dejar a su hijo/a por primera vez a cargo de una niñera debe generar muchas dudas y cierta inseguridad. ¿Qué sueles recomendarles a los padres para que este primer día sea más fácil para todos?
Efectivamente es un momento importante, la separación. Por tanto, siempre recomendamos un periodo de adaptación, si es posible, de quince días. En ese tiempo, estarían juntas la mamá o el papá junto con la niñera y el niño/a, para que fueran poco a poco conociendo rutinas, hábitos, formas de hacer… Y el niño/a también pueda ir conociendo a la persona, jugando con ella y, al fin y al cabo, lo más importante, dar espacio para que puedan establecer un vínculo de afecto. Como la realidad manda y a veces no es posible hacer una correcta adaptación, recomiendo que se tengan conversaciones antes para poder tener todo claro, como nos gustan las cosas, cómo es nuestro hijo, qué esperamos… Y que la persona elegida también nos comente sus opiniones. Habría que buscar algún tiempo (incluso fuera del horario) para poder estar juntos y que vayan tomando todos confianza.
¿Cómo podemos saber si nuestro hijo se está adaptando bien a la niñera, si está recibiendo la atención necesaria, si disfruta y aprende durante ese tiempo?
Después de los primeros días de adaptación, es muy importante la comunicación entre todos. Muchos padres nos comentan que aprenden también mucho al comunicarse con la niñera y cuando les cuenta qué hace con sus hijos.
Nosotras recomendamos, en el caso de los más pequeños, llevar una pequeña agenda donde se vayan anotando aspectos como alimentación, sueño y pequeños detalles del día. Y, por supuesto, dedicar algunos minutos todos los días a hablar con la niñera sobre cómo ha ido el día.
La comunicación con nuestros hijos también es fundamental. A veces, los niños no son capaces de hablar, pero pueden decirnos muchas cosas con su comportamiento, alimentación, miradas, juegos o lloros… Sería importante observar, si son bebés, si los cambios en su comportamiento permanecen demasiado tiempo para poder observar si no se están adaptando bien.
Luego observa, habla mucho y la confianza llegará poco a poco. Nuestra intuición nos irá guiando para poder determinar si la experiencia es enriquecedora para todos. Si queréis conocer más sobre este tema podéis consultar en nuestro blog.
Muchas gracias Raquel por esta estupenda entrevista. Sin duda, optar por una niñera puede ser una muy buena decisión que asegure un vínculo seguro y un aprendizaje adaptado al ritmo de nuestro hijo. Te deseamos mucho éxito en tu proyecto!
Raquel Huéscar
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