Revista Cultura y Ocio
A principios de la década de los noventa, los responsables de la editorial DC Cómics todavía se preocupaban por encontrar nuevas formas de dar giros interesantes a sus personajes que los hicieran evolucionar y sorprendieran a los lectores, en vez de recurrir a reseteos absurdos. En este contexto, el editor Dennis O'Neil decidió poner a prueba a Batman planteando un desafío con el que Bruce Wayne nunca se había encontrado antes que le haría cuestionarse su papel como protector de Gotham. Así, O'Neil decidió unir las distintas cabeceras del señor de la noche en la saga titulada La caída del murciélago, en la que debutó un nuevo villano: Bane.
Creado por el guionista Chuck Dixon y el dibujante Graham Nolan, Bane nació en la república caribeña de Santa Prisca, en la isla prisión de Peña Duro, donde cumplía condena su madre. Cuando era sólo un niño, se quedó huérfano, de modo que creció enfrentándose a la adversidad y la inmundicia de la cárcel, recurriendo a la violencia para ganarse el respeto del resto de reclusos. Precisamente, fueron ellos quienes le contaron extrañas historias acerca de una ciudad que dominaba un hombre murciélago, leyendas que obsesionaron a Bane y se convirtieron en la motivación que le mantenía con vida. Durante años, se dedicó a cultivar su mente leyendo todo lo que cayera en sus manos; y también a ejercitar su cuerpo, potenciado por los efectos de la droga conocida como Veneno, con la que los dirigentes de la cárcel experimentaban. Cuando llegó el momento, Bane orquestó una fuga similar a la de El conde de Montecristo, y una vez fuera de prisión tenía muy claro su destino: Gotham.Como buen estratega, Bane planeó con sumo cuidado el modo en que derrotaría a Batman y tomaría el control de Gotham: en lugar de ir directamente a por Bruce Wayne, decidió atacar el Asilo Arkham y liberar a todos los viejos enemigos del hombre murciélago. De este modo, durante las próximas semanas Bruce asumió uno de los mayores retos a los que se había enfrentando nunca al tener que defender su ciudad de psicópatas como El Joker, El Espantapájaros, Dos Caras, Scarface, El Sombrerero Loco, Hiedra Venenosa o Killer Croc, que campaban a sus anchas sembrando el caos. Guiado por su fuerza de voluntad férrea y con la inestimable ayuda de amigos como Alfred, Robin, Nightwing, Azrael, Jim Gordon y Harvey Bullock, Bruce se enfrentó a todos y cada uno de sus viejos enemigos, sintiendo la extenuación más absoluta. Justo en este momento, Bane, que había permanecido observando desde las sombras, lanzó su último y mortífero ataque contra Batman, quien sucumbió ante un villano que lo igualaba en fuerza e inteligencia. El murciélago estaba roto y Gotham era de Bane, pero los aliados de Batman no iban a rendirse tan fácilmente, como demostrarían en las sucesivas sagas tituladas La cruzada y La búsqueda, aunque eso ya es otra historia.El debut de Bane en los cómics supuso una de las sagas más absorbentes y mejor construidas de Batman, además de una de las mayores amenazas a las que se haya enfrentado jamás el hombre murciélago, que contribuyó de manera fundamental a afianzar su posición como protector de Gotham. Esperemos que la intensidad de estos cómics haya quedado reflejada en la inminente tercera entrega de las adaptaciones cinematográficas de Batman dirigidas por Christopher Nolan.