Revista Viajes
Los carteles del calvo de gafas son algo periódico en los Países Bajos, como las navidades o el san Valentín. Como una gripe si me apuras. Te guste o no te guste sabes que cada cierto tiempo vas a tener que pasar por ellos. Al igual que un buen día te levantas de la cama y encuentras la primera nevada del año cubriendo ligeramente las aceras, existe otro día en el que lo que aparece ante tus ojos es el retorno del calvo con una de sus clónicas campañas publicitarias en tu parada de autobús. Sabes que tiene que suceder pero no por ello deja de sorprenderte.
En esta ocasión el calvo se ha vuelto a materializar en nuestro mundo para anunciarnos lotería. En sus nuevos carteles aparece más relajado que cuando vendía billetes de avión, no sabemos si por exigencias del guión o porque sus anteriores trabajos le causaron alguna lesión mandibular, que no está uno ya para andar haciendo el Jim Carrey.
En el póster número uno se nos presenta, suponemos que a la puerta de nuestra casa, con un boleto premiado, un (ultrañoño) ramo de rosas y una sonrisa muy descafeinada para lo que él solía ser.
La segunda imágen de la serie es una estampa nederlandobucólica que parece sacada del vecindario de los Flodder. El calvo se halla en esta ocasión en el centro de un grupo de vecinos felices posando en un verde y apacible jardincito. Como los maxilares del calvo están en baja forma y en su sonrisa no entra un chupachups alguien más tenía que sonreír, un anuncio holandés sin actores sonrientes es como un pan con tomate sin tomate... y sin pan. Así que en esta ocasión son los extras los que, con mayor o menor habilidad interpretativa, nos deleitan con sonrisas forzadas. Atención que a los mejores los han colocado delante. He contado cuatro ramos de rosas, lo que nos da una media de 0.45 ramos por persona.
¿Quién es este personaje? ¿Es que su cara gusta especialmente al público neerlandés, incita al consumo? ¿O tal vez en esta sociedad del bienestar existe tan poco paro que cada vez que organizan un casting se presenta el mismo señor? Bromas aparte, siempre supuse que sería un presentador famoso de la televisión de aquí, mas los años fueron pasando y seguía olvidando consultar el tema con algún nativo. Y es que una cosa es subirte al tram preguntándote quién será el calvo tras haber pasado los últimos diez minutos esperando sentado frente a su careto y otra muy distinta es continuar con el calvo en mente cuando has llegado a la parada de destino.
El momento por fin ha llegado y vengo a deciros que el calvo de gafas eees... (redobles)... simplemente un calvo de gafas, lo que pensábamos desde un principio. Su nombre es Gaston Starreveld y es un presentador que se dedicaba más que nada a hacer voces en off (y anuncios, como bien sabemos) no siendo particularmente famoso hasta que el año pasado se asoció con los de la lotería para protagonizar un minishow en el que hace precisamente lo que analizábamos en el cartel: ir por las casas ramo en mano a entregar cheques con premio. Su habilidad especial, esa que lo distingue del resto de presentadores, es decir con emoción 'Gooeeiieeavond!' (Bueeeeeeenastardees!). Ha llegado el momento de ver todo esto en movimiento:
En youtube aparecen sketches varios además unos vídeos bastante lamentables de gente que supuestamente imita a este personaje. Al carecer de presentadores deportivos que gritan Goooooool como si de ello dependiese la supervivencia de la especie humana parece que la forma de hablar de Gastón llama bastante la atención por estos lares.
Si la performance de Gastón te ha impresionado tanto como a sus paisanos no te preocupes: en su página web nos dicen que podemos alquilarlo. Ya sabemos, cosas que se alquila uno para bodas y bautizos: un smoking, una limusina, al calvo de gafas...
Y ahora que lo pienso... ¿no teníamos también nosotros un calvo de la lotería?