El puesto de directivo es un rol que por lo general se ha desarrollado mediante el entrenamiento del sentido común, de la experiencia, de la formación y de ciertas habilidades. Un directivo con experiencia es más valioso que uno que carece de ella, sobre todo porque con la experiencia desarrollamos ciertas intuiciones, ligadas al sentido común que los años de trabajo han proporcionado. Esta disciplina, la dirección de empresas, va unida o reforzada con estudios que apelan al llamado método del caso, popular en las escuelas de negocio, para simular situaciones reales.
La práctica hace al maestro, es una frase que acompaña mucho a los altos directivos. La suerte no cae del cielo y si quieres llegar a lo más alto lo ingredientes esenciales son el trabajo, la perseverancia y la constancia. El trabajo directivo lo compone un número elevado de habilidades, circunstancias y contextos propios de una persona que lleva trabajando mucho tiempo y tiene no solo conocimientos académicos, sino práctica. No se trata de un movimiento mágico de varita lo que hace que los beneficios de una compañía aumenten, son más las decisiones, el trabajo, la gestión.
De ahí la pregunta que algunos formulan sobre si la tecnología puede sustituir el trabajo directivo al ámbito de los algoritmos y las máquinas. Es complicado de responder, pero algunos profesionales prevén que, a lo largo de la próxima década, aunque la inteligencia artificial no sustituya a los directivos, puede que los directivos si sustituyan con inteligencia artificial a los que no lo hacen.
¿Qué es machine learning?
El machine learning o aprendizaje automático, es una rama de la inteligencia artificial que trata de lograr que las máquinas “aprendan” solas. Los avances en este tema se han unido al uso de enormes cantidades de datos para poder entrenar estos motores. Todavía hay limitaciones en el aprendizaje automático de estos motores, pero hay ámbitos en los que ésta disciplina podría cambiar el mundo en el que vivimos.
A la hora de aplicar este machine learning como directivo hay que tener en cuenta que los proyectos comienzan con la definición de objetivos, y la lucha de esta inteligencia artificial de cara a este rol es que un algoritmo sea capaz de llevar a cabo predicciones lo más correctas y certeras posibles, que pueda detectar o prevenir posibles anomalías. ¿Será posible? A los directivos les cuesta imaginarse un proyecto de este calibre, pero la tecnología está avanzando mucho.
Aquí entra en juego el big data, sus análisis, las métricas…tal vez estos motores no lleguen a sustituir a los directivos (eso ya lo dirá el tiempo) pero desde luego si son importantes y de gran ayuda a la hora de compilar datos, bases de datos relacionados, etc. Es por ello que las herramientas que nos ayudan a lograrlo son cada vez más sencillas, visuales y fáciles de manejar.
Estas herramientas hacen que el perfil de directivo analítico sea fundamental, pues estos directivos son capaces de manejarlas y hacer que la empresa alcance sus metas con proyectos de este tipo, sin necesidad de herramientas de management tradicionales. Esta situación supone una dimensión de cambio que conviene entender, pues el directivo intuitivo e instintivo pronto será sustituido por uno analítico.
Rol del director de analítica
El director de analítica es el nuevo ejecutivo enfocado en datos. Y es que la analítica trata sobre mucho más que la tecnología. La avalancha de datos se convierte es un valioso activo empresarial, pues pueden predecir riesgos al negocio, detectar tendencias en los hábitos de los consumidores, descubrir ineficiencias operativas o encontrar áreas de oportunidad en la satisfacción del cliente, entre otras cosas. Sin embargo, este rol va más allá de cuestiones técnicas, se exigen competencias y aptitudes específicas.
Aunque este puesto es emergente, su perfil es bastante particular. Vale destacar su visión integral del negocio (ventas, producción, administración, marketing, etc.). Es importante que posea soft skills, es decir, vocación por el trabajo en equipo y la capacidad de establecer una comunicación abierta y respetuosa.
La mentalidad del director analítico debe estar orientada a resultados. Sus iniciativas deben ofrecer resultados concretos en un plazo definido. Sobre todo, para que esta innovación rinda frutos al negocio. Por otro lado, debe demostrar que la analítica no son solo datos, sino conocimientos útiles y que pueden garantizar el éxito de una organización a largo plazo.
Este perfil innovador ya se encuentra en grandes compañías que son conscientes de los desafíos que vendrán los próximos años. De modo que ignorar la importancia de los análisis de datos es un grave error de cara al crecimiento futuro de una empresa.