Revista Sociedad
Pertenece al panteón griego. Según la mitología, el dios Asclepio [hijo de Apolo] fue educado en artes de la curación gracias al centauro Chiron. Ya como adulto perfeccionó sus habilidades hasta convertirse en cirujano y un experto en el uso de las plantas medicinales; con éstos conocimientos era capaz, incluso, de regresar personas de la muerte. Todas éstas virtudes le hicieron convertirse en el dios de la medicina para los griegos [entre los romanos fue adorado como Epicuro] que velaba, protegía y cuidaba la salud de sus feligreses. Enseñó gran parte de sus conocimientos a sus hijas justo antes de que Hades [deidad de la muerte] se quejara con Zeus; el deidad suprema del panteón griego lo mató con un rayo. Su trabajo quedó delegado a sus hijas: Higía [diosa de la salud y la limpieza] y Panacea. La mujer de la que se hablará en éste artículo velaba por la limpieza y sanidad humana [la higiene, en pocas palabras]. Su hermana [diosa del remedio universal; una utopía actualmente] curaba las dolencias y enfermedades. Salus fue en Roma lo que Hygieia [nombre en griego] fue para los griegos aunque en sus inicio ingresó a la mentalidad romana como Valetudo; el nombre Salus lo obtiene de una deidad italiana previa. Hygieia participó de manera importante dentro del culto a su padre. Ascelepio fue visto como quien brindaba curación; su hija se relacionó tanto con la prevención de la enfermedad como de la continuación -posterior a la curación- de la salud en el individuo. De su nombre proviene la palabra higiene. Ella originalmente figuró como un adjetivo o propiedad [epíteto]de la diosa Atenea [diosa de la guerra y la razón] previo al siglo V. Se sabe que existía una personificación de la diosa Higía pero limitado a un culto local del que se desconoce la ubicación. Luego de las plagas en Atenas [del 429 al 427 aec] el Oráculo de Delfos [recinto sagrado de reunión de los griegos para hacerles preguntas a sus dioses] la reconoció, junto con su padre, de los responsables de regresar la salud a la población. Ambos así descansaron en el templo de Epidauro [principalmente] aunque tenían templos también en Corinto, Cos y Pérgamo. Actualmente se siguen mencionando al momento de que un profesional de la salud se gradúa y realiza el juramento hipocrático:
Juro por Apolo, médico, por Asclepio, y por Higía y Panacea, y por todos los dioses y diosas del Olimpo, tomándolos por testigos, cumplir este juramento según mi capacidad y mi conciencia [...] Higía era representada como una virgen alimentando a una enorme serpiente que rodeaba su cuerpo, el animal bebía de una copa sostenida por la deidad; la copa simboliza el poder del veneno que bien te mata o te puede curar una vez que pasa por las manos divinas de la deidad [convirtiéndose en medicina]. La serpiente también representa la curación/renovación por la capacidad que tiene el reptil de mudar de piel; lo que pasa es que para los griegos el descenso al inframundo [parte de una cualidad del animal al arrastrarse] simboliza ir debajo de la conciencia, de lo visible; ésto es elemental para curarse. Al ver lo que pasa dentro de uno [en nuestro inframundo] el enfermo puede salir sanado con una nueva piel [diferente mentalidad, actitud]; es por ésto que la deidad es también vista como diosa de la salud mental y tal vez fue la fuente de inspiración para que Juvenal [poeta latino de finales del siglo I] compusiera su mens sana in corpore sano [mente sana en cuerpo sano] La serpiente sigue vigente dentro de los símbolos de la medicina; dos ejemplos rápidos: el de la farmacia [una serpiente enroscada en una taza] o el de los médicos [que tiene la vara de Asclepio y la serpiente de Higía]. Imagen | Colrs Apoyo bibliográfico | Wikypedia / Encyclopædia Britannica ^_^ Gracias por elegir seguir el bLog de miguE ^_^