Quién es Sam Altman y por qué podría dominar el mundo más allá de OpenAI

En los últimos meses, el nombre de Sam Altman ha saltado a la palestra y las primeras planas por su relación con Open AI, la empresa detrás de la herramienta más famosa de la Inteligencia Artificial generativa, Chat GPT. Estas noticias empresariales han acabado con el anonimato de un alto ejecutivo que, asombrosamente, ha pasado desapercibido durante años frente a otros grandes nombres que todos conocemos al frente de las poderosas Big Tech, como Elon Musk, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos o el mismísimo Bill Gates. 
Y, sin embargo, estamos ante uno de los hombres potencialmente más poderosos en los próximos años que ha quedado al descubierto con el rocambolesco asunto de su despedida y readmisión al frente de OpenAI. Hagamos un resumen.

El "Affaire Altman", o la pugna por el control de la Inteligencia Artificial

Poco después del boom experimentado con el lanzamiento de su producto estrella ChatGPT, OpenAI anunció la destitución de Sam Altman como CEO. La decisión hizo que 505 empleados de los 700 que tenía la compañía de ChatGPT firmaran una carta pidiendo la dimisión de la junta que lo cesó bajo amenaza de renunciar, ya que denunciaban que nunca se les demostraron los motivos (Fuente: cointelegraph). Además de los trabajadores, algunos inversores también pidieron su readmisión (Fuente: Bloomberg) hasta el punto de que la propia Microsoft, que es a la vez accionista principal de OpenAI, decidió contratarle por su cuenta. ¿Alguien lo entiende? Finalmente, el pasado 8 de marzo, Altman regresó al comité, según explica un comunicado oficial (Fuente: Blog OpenAI) en el que se anunciaban a la vez otros nombramientos interesantes: Dra. Sue Desmond-Hellmann, ex directora ejecutiva de la Fundación Bill y Melinda Gates, Nicole Seligman, ex vicepresidenta ejecutiva y asesora general de Sony Corporation y Fidji Simo, director ejecutivo y presidente de Instacart. Recomiendo buscar la trayectoria profesional de cada uno, para no extendernos aquí aún más).

Pero, quién es Sam Altman y por qué puede dominar el mundo

Samuel Harris Altman nació en Chicago (Illinois, USA) en 1985. Según la wikipedia (consultada en marzo 24) es un empresario, inversionista, programador y bloguero estadounidense y actual CEO de Open AI. Aunque ese puede ser solo un paso más hacia la cima. Porque, con asombroso sigilo, como decía al inicio de este post, su trayectoria le sitúa al frente o muy relacionado con las principales empresas tecnológicas que mueven el mundo. Y, con ese bagaje, el conocimiento que acumula le permitiría alcanzar unas cotas de poder como ningún otro personaje ha soñado nunca antes. 
En los últimos años, conspiranoicos (y no tanto) de todo color y condición han alertado sobre el poder en la sombra que representan nombres de sobra conocidos, desde Gates a Musk, sin olvidar al siempre comodín en la manga de Soros. Se habla además, que la combinación de Big Data y algoritmos que manejan Meta o Google son la mayor fuente de información sobre cualquier fenómenos social a nivel global que ningún país sería capaz de acumular por sus propios medios, por mucho espionaje que hagan. Desde anticiparse a la epidemia de gripe al tráfico en tiempo real. (Si quieres alucinar un poco entra en Google Maps y consulta tu historial de movimientos).
Pues si el Big Data que manejan esas dos empresas es oro puro para la toma de decisiones empresariales y políticas (de ahí los sucesivos escándalos como Cambridge Analytics, o las investigaciones sobre injerencias Rusas) prueba a imaginar el valor de la suma y combinación del Big Data generado por las empresas en las que Sam Altman es inversor o pertenece a su junta directiva. Se puede decir que ha tocado todos los palos. Haré solo un resumen, que ya pone los pelos de punta imaginando que alguien pudiera tener acceso a esos datos, no solo anonimizados, sino con nombres, apellidos, números de teléfono, mail y geolocalización. El sueño de cualquier manipulador o dictadura:

• Airbnb: Datos de residencia habitual, de viajes ocasionales on frecuentes, ciudades visitadas y en dónde estás en cada momento.
• Dropbox: Millones de archivos de todo tipo, desde documentos word o excel, a fotografías personales. Informes profesionales, backups en tiempo real.
• Stripe: Datos de cuentas bancarias, tarjetas de crédito, volumen de negocio de ecommerce, tendencias de consumo…
• Reddit: Información sobre temas de interés y conversaciones que permiten detectar tendencias culturales y sociológicas a partir de los artículos compartidos en la red y los foros generados.
• Pinterest: Estudio sociológico cultural que define modas, estéticas y deseos de compra.
• Asana: App para el trabajo en equipo. Acceso potencial a todo tipo de proyectos en marcha.
• Zenefits: un software basado en la nube para la gestión de sus recursos humanos, con especial enfoque en ayudarlas con la nómina y la cobertura del seguro médico, que seria una fuente de información para políticas laborales y de salud pública.
• Change.org: Plataforma mundial del activismo. Conocer cuales son las demandas de la sociedad, qué causas tienen más impacto y respuesta, y anticiparse a una revolución.

Como ves, aunque no hubieras oído su nombre hasta el año pasado, hay muchas más empresas relacionadas con Sam Altman, dado que fue presidente de la aceleradora de startups Y Combinator. 

Esta aceleradora ha lanzado mas de 2.000 compañías entre las que destacan, Twitch o Coinbase... y hablando de criptomonedas… 

También está detrás del escaneo de iris a cambio de criptomonedas

En paralelo con la moda de ChatGPT hemos asistido a otro de esos fenómenos que, vistos aislados, pueden parece anécdotas: después de que unas 400.000 personas (solo en España) aceptaran la oferta de la empresa Worldcoin para escanear sus iris a cambio de un puñado de criptomonedas, la AEPD prohibió que siguiera haciéndolo porque, no hace falta ser muy listo para saberlo, se trata de un dato personal de extremo riesgo en su tratamiento (Fuente: RTVE)
¿Cuál es el problema? Pensemos por un momento que el iris es un dato biométrico que no puede ser suplantado, que no cambia durante toda la vida y que no puede escatimarse con unos guantes como las huellas dactilares. Y que es uno de los elementos usados en países como China para identificarte, vía Inteligencia Artificial, en el control de la población en espacios públicos mediante millones de cámaras de vigilancia. Y presumen de ello, como en esta web.

Si te preocupaban las cookies, cierra los ojos

Llegamos a la parte más distópica y conspiranoica del post: imagina una mente maligna que tenga capacidad de saber quién eres exactamente, donde vives y adónde viajas, cómo pagas, en qué trabajas, qué ideología tienes…. y la tecnología para crear los fakes, y todo tipo de acciones de Ingeniería Social que te hagan moverte en un sentido o en otro. O que le entrega ese poder a otro. O que se lo roben. Quien tenga toda esa información que ha pasado por el despacho de una misma persona, tiene toda la información para rastrearnos y anticiparnos. ¿Le vas a dar también tu identidad?

Tranquilos, son una ONG sin ánimo de lucro y preocupados por el bien común

Lo más curioso de todos estos movimientos empresariales, es que entre bambalinas se está produciendo una encarnizada batalla por cómo se gestiona ese poder, por qué y por quién. Y si nos creemos lo que ellos mismos dicen, puedes estar tranquilo, lo hacen todo por tu bien. 
OpenAI es oficialmente una organización sin ánimo de lucro (Fuente: Business Insider) que fue financiada originalmente por el propio Sam Altman, junto a Elon Musk y su socio en PayPal, Peter Thiel, además de empresas como Amazon Web Services —que tienen alojados en sus servidores más webs y servicios en la nube que nadie, unos 50 millones de sitios, incluyendo Netflix— (Fuente: Kinsta). 

Según su ideario, el fin de OpenAI sería “promover una inteligencia artificial que beneficie a la humanidad en su conjunto”, en lugar de causar daño. Podemos estar tranquilos, dicen.

De hecho, en mayo de 2023 Altman testificó ante el congreso para pedir una regulación de la IA. Algo que muchos interpretaron en realidad como una forma de frenar a la competencia. Algo que se conoce como Cierre Social (ver Weber, 1978 o Parkin, 1979) ¿Pero, están realmente interesados los gurús tecnológicos en un uso responsable de sus herramientas? Lo llaman Altruismo Efectivo, y suena aún más distópico.

Altruismo Eficaz, la nueva religión de Silicon Valley

Investigando sobre el pasado de Sam Altman y el entramado empresarial, descubrí un movimiento social impulsado por estos nuevos popes bautizado como Effective Altruism, cuyo enunciado es: “Hacer el bien mejor, un campo de investigación y una comunidad práctica que tiene como objetivo encontrar las mejores maneras de ayudar a los demás y ponerlos en práctica”.(Fuente: effectivealtruism.org)

En su web, en la misma home, leemos: “Las nuevas tecnologías podrían amenazar con acabar con la vida en la tierra, y reducir este riesgo podría ser una prioridad clave.” 

No voy a extenderme aquí porque sería un post infinito, pero si hacemos caso a wikipedia (marzo 2024), entre las personalidades del movimiento, destacan algunos nombres ya citados: el cofundador de PayPal Peter Thiel (hola otra vez), el cofundador de Skype Jaan Tallinn, el cofundador de Facebook Dustin Moskovitz, y los filósofos William MacAskill, Toby Ord, Peter Singer y Thomas Pogge. 
Ah, en Gizmondo, cuando hablan de esta curiosa conexión entre los consejeros de OpenAI,  también mencionan al “conocido criminal Sam Bankman-Fried, ex jefe de FTX, que negociaba en fraude y a veces criptomonedas.” (Fuente: Gizmondo) 

El remate final de la distopía protagonizada por Altman

Como este post tiene mucho de ciencia ficción, y es solo una sarta de elucubraciones y datos aislados puestos en relación, en el que, por supuesto, no afirmo ni demuestro nada sino que imagino un futuro propio de una novela a partir, eso sí de datos reales, el broche final o giro inesperado lo encontramos en una de las empresas vinculadas a Sam Altman por wikipedia: Soylent.
Si te suena una película de los años 70 titulada Soylent Green, se trata de eso. Entre la ironía y la broma macabra, el sustituto alimenticio compuesto de plancton que era el sustento principal de un mundo hiperpoblado y sin agua que vemos en la película (adaptación de la novela Make Room! Make Room! 1966  Hagan sitio, hagan sitio.) se ha hecho realidad en 2013 gracias a un asombrosamente rápido micromecenazgo que levantó 1,5 millones de dólares en 3 horas. 
Si has visto la película (más que recomendable), que en España se titula "Cuando el destino nos alcance"  se te habrá puesto la piel de gallina. Si no la has visto, no te haré un spoiler. Solo te invito a ver el vídeo de los títulos de crédito. Piensa que la película está rodada en 1976 y que la acción transcurre en 2022. Y fíjate en el panorama que imagina, con mascarillas. 

En fin, no me negaréis que tiene su intríngulis todo. Nunca he creído en grandes conspiraciones como la no llegada del hombre a la Luna, los planes maquiavélicos del Club Bilderberg o los microchips implantados a través de vacunas.  Pero, si fuera escritor de ciencia ficción, de esta serie de coincidencias sacaría una gran novela. Aunque, quien sabe, quizá ya esté escrita.

Imagen de Sam Altaman: SAN FRANCISCO, CALIFORNIA - OCTOBER 03: OpenAI Co-Founder & CEO Sam Altman speaks onstage during TechCrunch Disrupt San Francisco 2019 at Moscone Convention Center on October 03, 2019 in San Francisco, California. (Photo by Steve Jennings/Getty Images for TechCrunch)CC BY 2.0, Enlace

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