Ya el domingo anticipábamos un post sobre las elecciones europeas. De los resultados poco que decir que no se haya dicho ya. Sí que cabe destacar la unión de los partidos mayoritarios -irreconciliables en otras lides- para maldecir el triunfo de Podemos, agrupación que aparentemente recoge a los movimientos sociales extrarradio y otros desheredados. Por una parte, aunque no seguiremos ahondando en ello, esta alianza póstuma PP-PSOE pone de manifiesto el temor al cambio que tiene las estructuras de mando. Se resisten a repartir el pastel con otros, cosa sorprendente cuando hasta el Vaticano da sus pasitos hacia el futuro declarando el papa que hay posibilidades de que los curas católicos puedan casarse.
Sin embargo, nos quedamos con la importancia de una buena cobertura mediática para obtener buenos resultados a la hora de vender un producto. Queda demostrado que con una buena campaña, se vende igual una marca de leche, una lavadora o una voto. En tan solo tres meses Podemos ha superado a otras formaciones consolidadas en el panorama electoral estatal. A parte del mensaje y del estudio del mercado, la presencia televisiva sin duda es fundamental para este tipo de logros.Sin embargo, como reflexión final, podemos preguntarnos qué lleva a los capós de los grupos mediáticos -son cuatro, a fin de cuentas- a encumbrar a o destruir un mensaje.
alfonsovazquez.comciberantropólogo