Por Merche Rodríguez
Hay horrores que se olvidan. Pasan a
denominarse conflicto, mediatizado por la política que siempre
encubre intereses económicos, y se suman a la lista de errores
humanos a enmendar. Hace veintisiete años la Marcha Verde dejó a
una población a la intemperie y desde entonces el pueblo saharaui se
debate entre los que anteponen las reuniones de salón diplomáticas
y los que solo ven a un grupo de personas viviendo en una tierra que
no es la suya, desprovistos de los mínimos derechos de los que otros
gozamos, y convertidos en marionetas de una representación demasiado
macabra. El escenario es Tinduf, allí es donde se asientan los
campos de refugiados saharuis.
Pero las palabras no bastan. En
situaciones así, no. Y mientras se contemplan las carencias básicas
como daños colaterales en aras de un diálogo que nunca termina de
darse por finalizado, los niños crecen, las madres y padres
envejecen y enferman, y el paisaje no cambia. Aunque no es del todo
cierto, el paisaje que sigue siendo igual de áspero, se colorea
frecuentemente con la visita de colectivos buscando paliar la falta
de casi todo en un desierto perdido para gran parte de la población
mundial.
No se puede culpar a los que viven
bien, ajenos al dolor de extraños, pero sí es casi una obligación
dar a conocer iniciativas solidarias como la de Mr. Garamond que
acaba de presentar en Madrid su proyecto Arriba y abajo con algo tan
aparentemente liviano como el Fomento de la Lectura en los
Campamentos de Refugiados Saharuis. Cubiertas las necesidades básicas
que constituyen la alimentación y el techo, escasamente pero
cubiertas, la Cultura bien podría ser el Caballo de Troya de
la solidaridad.
La
estratagema comenzó en 2008 con el proyecto Bubisher, que en el
desierto del Sahara es el pájaro que trae la buena suerte. Se
consiguió la donación, por parte del Gobierno Vasco, de un camión
que se transformó en bibliobús. Ese mismo año se dotó con los
2.000 primeros libros procedentes de donaciones editoriales y echó a
rodar, en el sentido más literal de la expresión. La solidaridad, a
modo de mancha de aceite, siguió extendiéndose y cuando no era el
colectivo Librerías con Huella, era el Ayuntamiento de Málaga o las
bibliotecas de Zamora o Mejorada del Campo en Madrid los que ayudaban
para rehabilitar la Biblioteca Pública de Smara, ponían en marcha
un segundo bibliobús o engrosaban el fondo editorial destinado al
pueblo saharui.
Ahora
le llega el turno a la división literaria de Mr. Garamond que ha
editado el cuento Arriba y Abajo con ilustraciones de Mónica Calvo y
que narra la vida diaria de dos niños. Cuando toca levantarse,
desayunar, ir al colegio, jugar con los amigos, ayudar en las tareas
domésticas, vivir en familia y acabar el día. Ese proceso es igual
de indefectible en cualquier rincón del planeta, la diferencia está
en el cómo: con más o menos comodidades.
Y bajo
el lema 1€=7 adobes, se presenta también en forma de aplicación
para el móvil. Los beneficios obtenidos tanto por el libro (9'90€)
como por la app (0'89€) irán destinados a la organización
Bubisher-
Toda
la información se puede encontrar en:
http://www.bubisher.org/
http://arribayabajo.org/
https://itunes.apple.com/us/app/arriba-y-abajo/id560485488