Revista Opinión

¿quién Fue Lorca En Realidad?

Publicado el 31 agosto 2018 por Carlosgu82

Poeta, dramaturgo, músico, icono LGBT y revolucionario. Una gota de sangre que brota en el mar de la cruel guerra civil española. Pocas figuras hay en el imaginario español tan románticas como la de Federico García Lorca. Lorca fue solo una de los miles de víctimas inocentes de la represión franquista, solo una de los 140.000 cuyos cuerpos se estima que yacen en cunetas, pero es el más conocido. Un símbolo, un icono. Tanto es así que a veces resulta difícil distinguir el mito de la persona.

Federico García Lorca nació el 5 de junio de 1898 en la primera localidad de Fuente Vaqueros, en Granada. Como la mayoría de los artistas que se juntaron en el ambiente de la Residencia de Estudiantes de Madrid, Lorca venía de buena familia. Sus padres eran terratenientes y en 1909 se trasladaron a una finca en Granada con electricidad y agua corriente, todo un lujo en aquella época.

Lorca músico

De joven, Lorca fue un pésimo estudiante; irónicamente, suspendía crónicamente literatura, la asignatura que su madre enseñaba. Toda su vida, Federico se consideró músico antes que escritor. Su casa-museo en Granada conserva todavía el viejo piano de cola con el que el pequeño Federico amenizaba las representaciones de títeres que le gustaba organizar con sus hermanas. En ocasiones, también participaba su profesor, que no era otro que el famoso músico granadino Manuel de Falla.

Lorca soñaba con marchar a París para estudiar música, sueño que nunca se cumplió. La vida típica de un señorito de bien andaluz era estudiar Derecho y Letras, como él hizo. En la universidad, su profesor de Literatura lo llevó a él y a sus compañeros de viaje por España. Durante este viaje, Lorca escribió sus primeros poemas en prosa, que perfeccionaría después en su primer libro, Impresiones y paisajes (1918). Así se despertó su vocación como escritor, aunque nunca reemplazaría su pasión por la música.

Su condición de músico frustrado impregna toda la obra literaria de Lorca. Todos sus versos tienen un ritmo muy marcado, que siguen en su mayoría la estructura del cante jondo (influencia que es especialmente visible en su Romancero Gitano (1928)). Durante su viaje a Nueva York, Lorca conoció el mundo del blues y el jazz, que le inspiró a escribir su poema El rey de Harlem.

Lorca político

Lorca fue zurdo como sus ideas. Apoyó la proclamación de la República en 1931 y participó activamente en las Misiones Pedagógicas para escolarizar a una población por aquel entonces mayoritariamente analfabeta. Junto a su compañero Eduardo Ugarte, organizó una compañía de teatro ambulante que representaba obras del Siglo de Oro en pueblos españoles con poco acceso a cultura.

Lorca fue conocido en su tiempo como el poeta de las minorías. Sus protagonistas eran los oprimidos: los gitanos de Andalucía, los negros de América, las mujeres sometidas a la presión patriarcal en La casa de Bernarda Alba. Además, nunca tuvo ningún problema en mostrar abiertamente su homosexualidad. Lorca veía igual a todos los hombres y mujeres y no entendía de razas ni de banderas:
“Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego, no creo en la frontera política”
Sin embargo, Lorca no encajaría en el perfil de un izquierdista típico: era taurino y muy apegado a las tradiciones. Era tan crítico con la izquierda como con la derecha, y rechazó las presiones de sus amigos para unirse al partido socialista. El poeta nunca se consideró un hombre político, aunque sí revolucionario (“Yo nunca seré político. Yo soy revolucionario porque no hay verdadero poeta que no sea revolucionario. ¿No lo crees tú así?…Pero político no lo seré nunca, ¡nunca!”). Creía que su país necesitaba una reforma cultural antes que una reforma política, como expresaría al inaugurar una biblioteca en 1931:
“Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.”
Como se recuerda a menudo, Lorca tuvo amistades de todas las ideologías políticas. Tenía una facilidad para caer bien a todo el mundo. Es conocida su relación de amistad con José Primo de Rivera, y con Salvador Dalí, quien posteriormente se declararía abiertamente franquista. Fue en casa de un amigo de derechas, Luis Rosales, donde se escondió tras volver de Nueva York, al saber que era buscado por los golpistas. Se le acusaba de espía ruso y de homosexual.

La muerte de Lorca

El 16 de agosto de 1936, Lorca fue detenido por la guardia civil. La madrugada del 17, se le condujo a él y al resto de los presos políticos (tres anarquistas) a un olivar en las afueras de Granada, donde fueron fusilados. Sus cuerpos fueron arrojados a una fosa común y se informó de la muerte a la familia el día siguiente.

Más de setenta años después, los cuerpos siguen desaparecidos. La familia de Lorca desea que el autor permanezca donde está, como muestra eterna de la crueldad de la Guerra Civil. Puede que Lorca no fuera, como se cree, un comunista revolucionario niun héroe político dispuesto a defender la República con las armas. En cualquier caso, Federico García Lorca fue una víctima inocente de una guerra injusta; un artista lleno de talento que se apagó prematuramente a los treinta y ocho años; según todas las fuentes, una buena persona, de carácter sensible y dócil, que no merecía morir. La injusticia de este crimen es lo que ha convertido al señorito granadino en un icono.


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