Ese es el dilema en el que se mueven los medios de comunicación en Catalunya. La prensa política se ha transformado en un “Sálvame”, con toques de morbo y de inmiscuirse en la vida personal de las personas (y no hablo del padre de Navarro que tiene todo el derecho del mundo a hacer público si va o no va a la vía catalana independentista).
Conozco algunos de los organizadores de la via catalana. Estos no son tan fiscalizadores, de hecho los que están pencando para que la cadena humana de la diada sea un éxito tienen problemas para gestionar la gran demanda de participantes, como para dedicarse a perseguir quien va y quien no va. No es cuestión ni de los organizadores, ni de los políticos independentistas, ni de las organizaciones que colaboran en la organización de la cadena humana, sino de la prensa política catalana.
De ahí que entienda la cagada mediática de Navarro insinuando que su padre le hace flaco favor al anunciar que va a la vía catalana o que determinados partidos digan que “dan libertad” a sus militantes para asistir a esta, cuando la libertad, los militantes la tienen ya de facto para ir o no ir a cualquier manifestación, huelga, jornada reivindicativa o festival que no estamos en la Checoslovaquia soviética.
La presión mediática para que todo el mundo se moje o se deje de mojar, para forzar a las organizaciones sociales, asociaciones, clubes de rol a si convocan o no a la vía catalana está condicionando la Diada.
Yo que asistiré a la Via Catalana, reivindico el derecho que tienen los que van o no van de no decirlo, de las organizaciones a mantenerse al margen si así lo desean, ya que la ANC, la organizadora de esta cadena humana, no ha pedido a ningún partido o institución que firmen o convoquen, porqué entienden que la realidad política es más compleja. Que hay independentistas en el PSC y unionistas en CiU, que hay personas que votan a ERC que no secundarán la via catalana.
Nos puede parecer fuera de lugar si los partidos o organizaciones dan o dejan de dar libertad para asistir a la via catalana, pero también nos debería parecer fuera de lugar esta especie de inquisición mediática. La sociedad y aunque pueda parecernos lo contrario por el ruido mediático, incluso las organizaciones políticas y sociales llevan mucho mejor de lo que creemos el poder tener voces diferentes respecto al modelo de estado y si deseamos o no ser un país independiente.