Ya tenemos nuevo jefazo. Como reza el dicho a rey muerto, rey puesto, aunque en este caso habría que cambiar lo de muerto por abdicado, además de que yo no le deseo la muerte a nadie (quiero dejarlo claro, no sea que dentro de cinco minutos la policía me patee la puerta por enaltecimiento del terrorismo, por amenazas o váyase usted a saber). Reconozco que apenas seguí un poco por encima la parafernalia que se montó ayer por las calles de Madrid. Y el discursito con el que Felipe VI comenzó su reinado, ni te cuento. Y todo eso principalmente por dos razones: Primero, porque nunca he sido muy monárquico que digamos. Y segundo, porque estoy teniendo una edad en la que ya me cuesta mantener la atención durante periodos de tiempo prolongados. Eso por no hablar del hecho de que su padre fue puesto en el cargo a dedo por un dictador que mandó con mano de hierro los destinos de este país durante 36 años. Por lo tanto, si él está ahora mismo ostentando la jefatura del estado es “gracias” a un dictador. Me da igual que, como no han parado de repetir sus acólitos durante estas últimas semanas, sea el heredero más preparado. Teniendo en cuenta que su educación se la hemos pagado entre todos los españolitos, así cualquiera se prepara en las mejores universidades.
Durante las últimas 24 horas he leído no pocos artículos y referencias a nuestro nuevo rey, algunas de ellas no demasiado positivas que digamos (anda que empieza bien su reinado, Majestad). Personalmente, soy de los que está de acuerdo con realizar una votación entre la población para conocer la opinión del pueblo acerca de la perpetuación de una forma de gobierno puesta a dedo, como ya he dicho más arriba, por un dictador. Sinceramente no entiendo el por qué no quieren que el pueblo opine. Según aquellos que nos gobiernan, el pueblo está muy de acuerdo con la monarquía, por lo que la pregunta sería que más obvia: Si estamos tan de acuerdo con la monarquía ¿de qué tienen miedo? Si tan seguro están de que nosotros, el pueblo, queremos tanto a la monarquía, ¿no debería ganar el Sí a la monarquía por goleada? ¿O acaso temen perder el chiringuito que se han estado currando durante tantos años?
Durante estos últimos días hay muchas voces que piden a gritos la república. Personalmente no sé si nos iría mejor o peor con ella, pero veo determinados lugares y veo que no les ha ido tan mal. Estados Unidos, por ejemplo, que era una colonia británica, se ha acabado convirtiendo en la mayor economía mundial con el permiso de los chinos en unos años. Francia, 200 años después de exterminar la monarquía, es una de las principales potencias europeas. Y así podríamos seguir con otros países que, tras convertirse en sendas repúblicas, no les ha ido del todo mal. Podemos discutir, si queréis, eso de que cada x años se elija a un nuevo gobernante que dirigirá al país a su antojo, pero poco más o menos es lo que ha pasado incluso con monarquía. Quizás hay quien piensa que, sin rey, España no se hubiese metido en la guerra de Irak, por ejemplo, o hubiese adoptado mejores medidas económicas para torear mejor a la crisis. Pero, para bien o para mal, eso es algo que nunca sabremos.