Bernard Rudofsky, basándose en una exposición que hizo el MoMA, publicó en el año 1964 un libro titulado Architecture Without Architects que se hizo famoso, y que fue traducido al español como Arquitectura sin arquitectos por la Editorial Universitaria de Buenos Aires en 1973. (Cuánto tenemos que agradecerles a las editoriales hispanoamericanas todos los lectores en español, y sobre todo los españoles).
La exposición y el libro consiguiente eran un canto a la arquitectura vernácula, espontánea, tan diferente a la que hacemos los arquitectos que puede decirse que no es la misma disciplina. No solo los métodos son distintos. Lo son la concepción, la necesidad, el planteamiento, la finalidad, todo.
Aquí quizá sea pertinente una acotación: Creo que toda arquitectura tiene arquitecto; otra cosa es que este tenga o no tenga título académico. En toda obra de construcción hay alguien -una o varias personas- que decide, que piensa, que diseña, que estima costes y que adquiere responsabilidades. Si esa obra de construcción goza de alguna de las cualidades que la hacen acreedora de ser llamada "arquitectura", entonces a esas personas que la han pensado se les ha de llamar "arquitectos" o "arquitectas".
Lo que creo que sí es pertinente notar es que quienes hemos estudiado una carrera universitaria y nos hemos colegiado en un yanotanselecto club concebimos la arquitectura de una manera muy diferente a quienes la ejercen espontáneamente.
Dicho esto, voy a tomar una deriva diferente que la que toma el libro mencionado. No voy a hablar de chozas, templos, poblados..., sino de otra cosa que, en el fondo, manifiesta un espíritu similar.
Y es que vengo estupefacto y a la vez entusiasmado de ver una casita de 1965 a la que sus dueños llevan 59 años haciendo ampliaciones y reformas.Por ahora llevan ocupado el 132% de la parcela.
Es surrealista, y tiene rincones realmente fascinantes.
La casa original, que forma parte de una hilera de casas baratas y minúsculas, sí fue concebida por un arquitecto titulado que, ay, no pudo ni imaginarse el aprovechamiento que dejó escapar. Pero desde que sus propietarios se hicieron cargo de ella se dejaron llevar por la necesidad de construir, por el afán. Pusieron su imaginación libre y creativa al servicio de la necesidad. Hicieron arquitectura inmediata y perentoria.El resultado de todo aquello es un laberinto siempre en marcha más allá de lo que podamos imaginar, porque sus métodos de diseño no son los nuestros. No dibujan. No "proyectan". Van pegándose a la necesidad, improvisando a escala 1:1 con la dificultad añadida de que lo que van haciendo no se puede borrar. (Demoler es costosísimo, dinero perdido y además completamente innecesario. Tú mete metros cuadrados y ya pondremos la cama en algún sitio).
Es imposible hacer ese tipo de arquitectura con un arquitecto, y no hablo ya de que el arquitecto conozca la normativa y se niegue a hacer estas cosas, sino de que su propio método de trabajo le impide pensar como piensan los habitantes.
La casa era de dos plantas, con cubierta plana y un pequeñísimo patinillo de entrada (apenas 1,20 m de retranqueo) y un patio atrás (de unos 3 m de fondo). Forma parte de una hilera de casas todas iguales.
Viendo un poco los distintos pegotes se puede adivinar el proceso de transformación de la vivienda:
Lo primero fue avanzar la fachada hasta la alineación, ampliando así en planta baja el salón y cegando la ventana de la cocina para hacer un aseo delante, al que hay que acceder a través de aquella. Y en la planta primera se ampliaron los dos dormitorios que dan a fachada convirtiéndolos en tres. Los dos existentes, al tener esos 1,20 m añadidos de fondo, pudieron perder algo de anchura, dejando un nuevo dormitorio, estrechísimo, en el centro.
Lo segundo fue edificar también el patio trasero, construyendo un nuevo dormitorio ciego(*) contra la medianera lateral y la del fondo y dejando también ciegos(*) la cocina por detrás, que de tener ventana delantera y puerta bandera trasera y tendedero se quedó sin nada, y el baño de arriba.
(*) Para paliar estas cegueras construyeron un castillete de vidrio sobre la escalera, y a las piezas ciegas les practicaron unos ventanucos al tiro de escalera, con lo que recibían un poco de luz natural de segunda mano, pero no tenían ninguna ventilación.
Y a otra habitación ya casi completamente inexpugnable de la planta baja le hicieron un "gusano de luz" directamente a cubierta.
Tubo que toma la luz por arriba, la refleja en su interior y la suelta por abajo.Ese esquema (así, cortito) no parece muy salvaje, pero imagináoslorecorriendo dos plantas haciendo todo tipo de regates y quiebros.Lo tercero fue la cubierta plana... ¿Quién necesita una cubierta plana? Desde su punto de vista era un nuevo solar, con toda la superficie del solar disponible. Apareció un trastero hecho con tres tabiques y una placa de fibrocemento, y luego una habitación para lavado y planchado, y luego un cuarto de juguetes (y celebraciones de cumpleaños), todo ello con paneles, chapas, tableros y lo que fuera, hasta que se formó un nuevo laberinto.
Pero la guinda fue cuando la escalera empezó a penetrar en el terreno. Los incansables propietarios excavaron a pico y pala y prolongaron la escalera hacia abajo, pero ese nuevo tramo ya no tenía las condiciones del resto. Prácticamente un único tiro a tumba abierta solo un poco más cómodo que una cuerda con nudos, y a partir de ahí a picar por debajo de la cimentación, que había sido calzada con machones de ladrillo a modo de muletas.
Solo imaginar cómo habían picado y cómo habían sacado la tierra me estremecía y me hacía recordar grandes historias.
Con mi boca abierta y con toda mi admiración me he despedido de aquella gente, cuya mano beso quitándome el sombrero que no tengo, que sigue elucubrando nuevas ampliaciones. Nunca he conocido a nadie más decidido y optimista. Es evidente que hace tiempo que han cubierto sus necesidades perentorias de espacio y que ya solo actúan por vicio, por puro vicio. O por pasión, que es lo mismo.
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Notas.
1.- Lo que he dicho antes de ocupar el 132% de la parcela es porque en esta ampliación bajo rasante han rebasado sus límites y se han metido bajo la calle de acceso. Aunque reconozco que el 132 lo he puesto a ojo y creo que es bastante exagerado. Dejémoslo en un 111%.
2.- Todo esto que cuento es absolutamente cierto, pero en realidad no le ha pasado todo a la misma casa, sino que he mezclado dos. Solo dos casas, una de 1965 a la que le ha pasado casi todo lo que digo y otra anterior que he usado para completar. Todo es verdad, incluso lo de invadir la calle bajo rasante.