Revista Economía

¿Quién necesita enemigos?

Publicado el 16 abril 2013 por Torrens

La semana pasada tuvo lugar una reunión de los ministros de economía de la U.E. en Dublín. Según La Vanguardia, a la reunión fueron invitados dos economistas de Bruegel -un centro de estudios financiado por Estados de la UE y capital privado-, Zsolt Darvas y Jean Pisani-Ferry, que soltaron lo siguiente:

“La estrategia europea de crecimiento a largo ha fracasado”. Las medidas adoptadas “han sido incapaces de aumentar el potencial de crecimiento” de la eurozona. Ahora, “ese fracaso se mezcla con el peligro de que los desafíos a corto y medio plazo interactúen con los del largo plazo” y lastren el comportamiento de la economía europea. La UE ha actuado en esta crisis ateniéndose a las reglas establecidas; “esto vale para tiempos normales, pero no para el atolladero actual”.  Y recomiendan “que se tome medidas mucho más contundentes que hasta ahora” para corregir la situación: sanear el sector financiero, crear una auténtica unión bancaria, suavizar el ritmo del ajuste fiscal, impulsar reformas económicas a cambio de ayudas y dar más fondos europeos a los países del sur.

Como podéis comprobar comentarios muy críticos con las políticas aplicadas hasta ahora, pero generales y muy poco concretos, en especial a la hora de proponer medidas para solucionar la situación. Además, ¿Cómo puede afirmarse que “la estrategia europea de crecimiento a largo ha fracasado”, cuando uno de los principales problemas ha sido que la U.E. ha olvidado totalmente las medidas que favorecen el crecimiento y se ha concentrado en exclusiva en medidas de austeridad para reducir el déficit?.

Cuando leí la reseña de esta reunión y los comentarios de estos economistas pensé que olvidaban la principal razón del desastre en que nos encontramos: la austeridad se impuso con la intención de que los países excesivamente endeudados pudiesen hacer frente a sus obligaciones como deudores, pero sus promotores, y sobre todo Frau Merkel, gran promotora de la austeridad, olvidaron que, estando en mitad de una crisis, la recesión que causarían sus medidas iniciaría la famosa espiral Recortes- Recesión-Reducción de Ingresos del Estado-Más deuda- más Recortes- Vuelta a empezar, etc., todo a pesar de que poco a poco el coro de los que avisaban de que íbamos por el camino del desastre era multitudinario y mayoritario, entre ellos mis comentarios en contra desde el primer día. La consecuencia final de las medidas estúpidas es que no solo no han conseguido disminuir la deuda sino que la han aumentado, y el aumento no se ha invertido en evitar o salir de la recesión, sino en cubrir sus costes.

Mientras pensaba que estaba ante una de las demostraciones estándar de que en la U.E. no saben tomar decisiones que no sean profundamente estúpidas, de golpe me acordé que hacía unos años había leído el nombre Bruegel en las noticias, relacionado también con la U.E., me puse a buscar en la hemeroteca de La Vanguardia y localicé los dos artículos que adjunto, ambos de otoño 2010 donde exactamente los dos mismos economistas de Bruegel mencionados, opinan muy favorablemente sobre las medidas estúpidas, entonces recién inauguradas. Lo de “esto vale para tiempos normales, pero no para el atolladero actual” lo podían haber dicho entonces, en otoño 2010, y no ahora que ya es tarde.

Es decir, la U.E., una organización internacional que tiene unos equipos técnicos muy caros y excelentes entre los que se cuentan muy buenos economistas, buena parte de los cuales no están conformes, también desde el primer día, con las medidas económicas que se adoptaron en 2010, tiene en Bruegel un grupo asesor externo financiado por los países “germánicos” que les dan la razón cuando se inician medidas económicas diseñadas por políticos idiotas que no por técnicos y les critican de manera suave, sin concretar, y sin decir las cosas claras, cuando las medidas llevan años demostrando su estrepitoso fracaso, eso sí, esta critica oficial y controlada tampoco sirve para que rectifiquen de una maldita vez. Con amigos y asociados de esta calaña ¿Quién necesita enemigos?.

Creo que la razón porque no rectifican es que su prepotencia es de tal nivel que deben estar convencidos que si sus medidas tienen el efecto contrario al que esperaban debe ser por culpa nuestra, de los ciudadanos del sur de Europa. A finales de Enero pasado advertí que el nuevo gobierno japonés, después de 20 años de estancamiento y recesión,  había decidido abandonar las medidas de austeridad y aplicar políticas de crecimiento por lo que desde Alemania fueron duramente criticados por el ministro de economía, el presidente del Bundesbank y la Führer Merkel y amenacé con que si en el plazo de 1 año Japón ha recuperado su pulso económico voy a escribir una nota en que a todos estos lo más suave que les llamaré será mal nacidos. Bien, pues voy camino de escribir el primer borrador de la insultante nota porque las noticias son que en pocas semanas se ha notado ya el efecto beneficioso del cambio de política del gobierno japonés.

También creo que las razones por las que la U.E. no funciona ni a bastonazos puede que tengan que ver, como se dice últimamente, con los desequilibrios entre soberanías nacionales y comunitarias, pero para mí la principal razón es que la U.E. es un poder ejecutivo sin un parlamento que lo controle y supervise, porque las decisiones del Parlamento Europeo son modificables, anulables y aplazables a voluntad por la U.E., cuya toma de decisiones se basa en el politiqueo y el mercadeo político, método que siempre, sin excepción, ha creado monstruos.

Hace ya un par de meses que con cierta frecuencia algunos comentaristas critican a los euroescépticos o a los que, como yo, están deseando que se encuentre una forma factible de salir de esta Unión de Estúpidos y la aprovechemos para largarnos pitando. La actitud de estos críticos es parecida a la que en religión se aplica a los que incumplen dogmas, pero me atrevo a retar a cualquier adicto a la U.E. a que me dé los datos de una decisión de la U.E. de los últimos 10 años que no sea una soberana estupidez, y si alguien quiere un ejemplo de a que me refiero que lea algo sobre las modificaciones que la U.E. quiere introducir en el sector pesquero. Por primera vez desde que existe historia una organización nacional o supranacional ha conseguido cabrear tanto a la industria pesquera como a los ecologistas sobre el mismo tema y por las mismas razones, de tanta estupidez que han soltado.

También proliferan los comentarios avisando de catástrofes indescriptibles si España o algún otro país abandona la U.E. o la Eurozona. Esto ocurre siempre cuando se anuncia un cambio económico muy importante, y la mayor parte de las veces el resultado final no se parece en nada al previsto, mucho menos en la cuantía del desastre. Los que sois de mi edad, incluso algo más jóvenes quizás recordéis que en 1971 Richard Nixon suprimió de un plumazo el papel del dólar como moneda de referencia y lo puso a flotar como una divisa más. Se escribieron multitud de artículos avisando de cataclismos inevitables, hundimiento económico de la entonces Comunidad Europea, quiebra de varios países suramericanos, etc. Finalmente cuando se ejecutó la flotabilidad del dólar, excepto algunos desequilibrios que se produjeron hasta que los mercados de divisas absorbieron la novedad hubo normalidad absoluta, y pocos meses después de la fecha que se suponía fatídica The Economist, donde habían aparecido varios artículos cataclismicos, publicó uno del que todavía recuerdo el título “Floating can be fun” (Flotar puede ser divertido) que cantaba las excelencias de la nueva situación del mercado de divisas.

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QUIEN NECESITA ENEMIGOS?.


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