Flickr/ Biblioteca de la Facultad de Derecho y Ciencias del Trabajo Universidad de Sevilla
Hoy, 28 de enero, se celebra la festividad de Santo Tomás de Aquino, patrón de los universitarios. En este día nos preguntamos ¿quién paga realmente la Universidad?
En todos los países las administraciones públicas contribuyen al gasto en educación superior. Pero con frecuencia, las cuantías asignadas a las instituciones de educación superior únicamente cubren una parte del coste de la enseñanza. En la mayoría de los países una parte importante de los ingresos de las universidades dependen de las aportaciones privadas de los alumnos y sus familias. Únicamente en cinco países europeos [Dinamarca, Grecia, Malta, Suecia y el Reino Unido (Escocia)] sólo los estudiantes extranjeros (de países no pertenecientes a la UE o al AEE) tienen que pagar tasas para estudiar en los programas de grado. En el Reino Unido (Escocia), una agencia gubernamental se hace cargo de las tasas de inscripción fijadas oficialmente, independientemente de los medios económicos de los estudiantes, previa solicitud del interesado y siempre que no repita.
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En Dinamarca la Universidad es gratuita; además, el Estado da una pequeña ayuda al alumno: entre 390 y 785 euros al mes. Eso sí, también tiene su punto negativo. Los “estudiantes eternos”, aquellos que alargan su vida universitaria hasta los 35 años con lo que el gasto para las arcas públicas se dispara. Aunque ahora ya han endurecido las condiciones para que el estudiante perciba el subsidio. En Dinamarca se gastan por alumno universitario al año 17.120 euros; en España, 10.600 (incluyendo lo que ponen las familias); en 2011 en Dinamarca se destinaba el 1,9% del PIB a universidades; en España, el 1,1%; pero la presión fiscal también es diferente en ambos países, mientras que en el país nórdico es del 48% del PIB; en España, es del 32,5%.
Entre los países en que menos dinero destina a los campus encontramos a Estados Unidos, donde solo el 35% procede de dinero público. Otro 47% lo ponen los estudiantes y el resto, todo tipo de empresas, entidades y mecenas. A pesar de que las universidades norteamericanas ocupan los primeros puestos de los rankings internacionales, este sistema también tiene sus deficiencias. Uno de ellos, la equidad; aunque se otorgan becas y ayudas. Además, la subida de precios de las matrículas ha causado un endeudamiento de los titulados, ya que muchos de ellos no pueden devolver los préstamos. Las universidades más prestigiosas del país cobran una fortuna por educar a los estadounidenses. La matrícula en Harvard cuesta 43.000 dólares al año unos 38.400 euros. Una universidad pública tradicional, como la Universidad de California en Berkeley, cobra 13.000 dólares anuales (11.600 €) para residentes de ese estado, y 35.000 dólares (31.000 €) para todos los demás.
En España el 77,5% de la financiación es de origen público, pero cuenta con un sistema de becas y ayudas más bien escaso: les dedica el 0,11% del PIB frente al 0,31% de media de la OCDE o el 0,39% de EE.UU. Los precios públicos de los estudios de grado en el sistema universitario español, presentan marcadas variaciones en tres sentidos: según la rama de enseñanza, según la matrícula y según la comunidad autónoma. Por tomar un ejemplo, en la Comunidad de Madrid el coste medio de estudiar en la universidad pública es de 1.320 euros, frente a los 8.200 euros de coste medio en las universidades privadas.
La crisis económica ha hecho que los Estados inviertan menos en educación universitaria. Doce países europeos han hecho recortes en la financiación pública de las universidades por encima del 5% desde 2008: España, Croacia, República Checa, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Letonia, Serbia, Eslovaquia y Reino Unido, según la Asociación Europea de Universidades (EUA). La solución que han puesto sobre la mesa: la subida de tasas universitarias, por lo que cada vez le sale más caro al alumnado la posibilidad de matricularse en un grado.