Pero hete aquí que, por una vez y sin que sirva de precedente, el señor Posada, Presidente de la Cámara (ese señor que tanto se parece al ex-baloncestista Fernando Romay) ha pensado que hasta aquí hemos llegado, que el Montoro le va cortar el grifo presupuestario y que además no le hace ni puñetera gracia que le tachen de manirroto con la que está cayendo; que ya bastante tuvo con lo del retrato de su antecesor en el cargo [ http://www.lavanguardia.com/politica/20120328/54277716598/jose-bono-retrato-congreso-82-000-euros.html ] por lo que de ahora en adelante, su señoría que rompa o "involuntaria/voluntariamente" pierda el aparatito deberá comprarse uno nuevo acoquinando la pasta gansa de su propio bolsillo. Eso o tirar de libreta, bolígrafo y teléfono público. La noticia, para mí, no es que al fin se haga lo que de lógica debiera ser norma. La auténtica noticia es que hasta ahora se actuara como si dichos artilugios fueran depositados todas las noches en los sillones de sus señorías por obra y gracia de los Reyes Magos, Papá Noël o el Ratoncito Pérez.

