Revista Cultura y Ocio

Quien pierde paga. Stephen King

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Quien pierde paga. Stephen King
     "Despierta, genio."
     Así comienza la nueva novela de Stephen King para deleite de sus fans. Y digo para deleite porque la frase la pronuncia un personaje con pasamontañas a un escritor que está durmiendo plácidamente en su casa. ¿Reconocible esa relación escritor/lector en la obra de King? Por supuesto. Hoy traigo a mi estantería virtual, Quien pierde paga.
     Tres hombres encapuchados llegan a casa de un anciano escritor llamado Rothstein con intención de asaltar al que fuera denominado genio literario. Sin embargo, uno de ellos, Morris, tiene una deuda con el escritor y su personaje más conocido: está cabreado con el anciano por la trayectoria que hizo tomar a su personaje y ha oído que tiene en casa manuscritos sin publicar. El asalto se salda con el robo de dinero y manuscritos y la muerte del viejo escritor. Conocido Morris vemos como decide esconder el botín tras finiquitar su relación con sus cómplices y como acaba pasando en prisión unos cuantos años. Y entonces viajamos en el tiempo para conocer a la familia Sauber, un matrimonio cuyo marido es una de las víctimas de la masacre de Mr Mercedes, su esposa y dos hijos que ven como su vida se va al traste por los problemas económicos. Eso hasta que Pete, el hijo mayor, encuentra un cofre en el bosque. A partir de aquí seguiremos las dos historias buscando la unión entre ambas.
     Quien pierde paga es la segunda parte de la Trilogía de Bill Hodges, una tentativa del autor de terror más conocido por varias generaciones, de adentrarse en la novela negra. Conocimos a Hodges, un policía retirado, y sus ayudantes, en la primera entrega, Mr Mercedes, y en esta segunda, King lejos de comenzar citando a su detective, nos hará revivir en el segundo capítulo aquella truculenta escena que marcaba la primera entrega de la trilogía en la que un coche arrollaba a una multitud que hacía cola esperando conseguir un empleo. Pero antes de eso, King recupera una de sus obsesiones: los fans malsanos de los escritores. Y nos presenta en las primeras páginas un asalto digno de Misery para dar comienzo a la acción determinante en este libro: la muerte de un Rothstein cuyo nombre nadie duda que es un homenaje a Roth a manos de un lector. Ahí está el King reconocible para todos sus lectores, el autor visual capaz de estremecer al lector al hacerle partícipe del terror de sus personajes. Y no contento con ello, repetirá en ese segundo capítulo al relatar la masacre desde otro punto de vista al conocido ya por quienes nos hicimos con aquella primera entrega.
     A partir de aquí y marcado por una narración ágil, King despliega sus dos historias separadas por treinta años. Por un lado, vamos conociendo el destino de los asaltantes de la casa de Rothstein (de uno de ellos en realidad), y también el botín robado. Por otro, y pasados treinta años, descubrimos siguiendo la historia de ese tesoro enterrado, a la familia Sauber cuyo hijo se convierte en descubridor de ese tesoro. Y comenzamos a temer el momento en que ambas historias se vayan a cruzar. Porque todos conocemos a King, y tememos y deseamos ese momento a partes iguales. Aunque tal vez no seamos los únicos preocupados, y ahí es donde King nos deja recuperar a Hodges, quizás una niña se haya fijado en el cambio operado en su hermano y acuda a un adulto pidiendo ayuda para saber por qué se ha producido dicho cambio. Sin embargo, y pese a pertenecer a la citada trilogía, Hodges dista mucho de ser el protagonista principal de esta novela que se articula en torno a Morris y Pete, dos personajes con más de un punto en común, como su pasión por la literatura, que serán los encargados de llevar el peso de la historia.
     A lo largo de aproximadamente 450 páginas, King hace gala de su facilidad narrativa que engancha al lector, obligándole casi a seguir leyendo sin notar apenas unos fallos que se hacen evidentes al finalizar el libro y que llevan el mismo nombre: Rothstein. Ese personaje que abre la acción al ser asesinado y cuya sombra planea de forma constante, el genio que guardaba un tesoro en manuscritos y del que nos faltaron datos que, sin ser determinantes para la historia, necesitamos saber gracias a que el propio autor nos lo recuerda en varias ocasiones. O tal vez tengamos que esperar a la tercera entrega para saber por qué Rothstein decidió guardarse una parte de esa historia que le dio la fama.
     En conjunto Quien pierde paga me ha parecido una novela francamente entretenida de un King que no parece terminar de encontrarse cómodo en este género. Perfecta para pasar unas cuantas tardes.
     Dicen que todo lector que ha superado los ciento cincuenta libros a sus espaldas ha leído algo de Stephen King, así que decidme, ¿habéis leído algún libro de King?
     Gracias.

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