Qué pena. Cuando escribo estas líneas ya son 50 mil hectáreas (más de 100 mil campos de futbol) quemadas después del infierno. El horror sigue. Cuando apenas queda nada, cinco días después, los ministros acuden serios a hacerse las fotos de rigor, mortis en este caso, tiznadas sus manos con la negrura de la poca vergüenza. Los culpables están detenidos. Todo ha funcionado a la perfección. ¿A qué perfección se refieren? Los alcaldes de los más de 20 municipios afectados, las víctimas (3 mil desalojados) de esta catástrofe inhumana se quejan. Falta de coordinación, falta de medios, falta de rapidez, falta de información. Desvergüenza política por recortar un 15% un presupuesto para prevención de incendios ya de por sí exiguo mientras los coches de la Formula 1 resbalan sobre el asfalto pagados por esos mismos valencianos que desde el jueves estamos llorando por los rincones. Los protocolos fallan. Cuatro horas dice un vecino que tardó la primera brigada en llegar a Andillas despues de la primera llamada de urgencia. En Altura apenas se vieron tres avionetas, en Macastre abandono absoluto hasta las 11 de la mañana. Muchos dicen que si se hubiese actuado el viernes noche, el incendio de Andillas hubiese sido pero menos, bastante menos.
Y mientras los politicos de turno, los del PP se entiende, presumiendo de despliegue extraordinaro de medios.Horror, terror y pavor. Solo el domingo se pidieron refuerzos. Según el gobierno central es el gobierno autonómico el que decide cuando. Declaren ustedes una emergencia nacional y déjense de cuentos pero antes, no ahora cuando ya no queda apenas nada que salvar.
Ese mismo día, horas antes del partido en Kiev, ese partido al que asistieron el principe y el presidente Rajoy mientras este país, el valenciano, era devastado por las llamas saltandose además, el boicot político debido, ese día digo, ayer domingo, la policía pedía voluntarios con motosierras por twiter. Patético. Las imprudencias, usar una radial a 34 grados y con un poniente de ordago o quemar rastrojos aunque sea en tu casa, han sido claramente la causa inicial de este irreparable horror pero hay que denunciar además de la descordinación y falta nuevamente de protocolo claro nacional de emergencia, la situación desastrosa en la que se encuentran los montes valencianos abandonados sin limpieza desde hace décadas, pavesas enormes que han ardido nuevamente por la desidia política mientras se recorta sin tener en cuenta las prioridades objetivas de nuestra tierra y sus ciudadanos. Las primeras consecuencias ya están aquí. Así nos va.