Una reflexión al hilo de Wakefield:
Lo contrario de la apropiación no es la indiferencia, sino la contemplación, que exige respeto y atención. Es el deleite de la contemplación lo que incapacita a poseer algo, de ahí que poetas, filósofos y científicos no vayan a ser los que destruyan el mundo. ¿Cómo podría apropiarse del revolotear de la mariposa quien se deleita con su belleza? ¿Y cómo podría atrapar el vaivén de su movimiento quien se afana sólo en dibujarlo? ¿No es más libre quien se exilia de sí mismo situándose en la contemplación que quien, inhabituado a contemplar, teme ser apropiado? ¿No es más libre quien vive deleitándose de cuanto encuentra a su derredor que quien busca cambiar de alrededor? Decía Schiller que el alma bella es incapaz de dañar; como ángel caído, arrojado, se limita a embellecer el mundo.