Los videojuegos tienen una capacidad de influir en la sociedad muy significativa, no es sólo una creencia sino una realidad. Muchos no nos damos cuenta de que cada vez que uno inicia la dura tarea de pasarse un título en realidad lo que hace es comenzar un proyecto nuevo. ¿Cuantos de vosotros no lo habéis hecho? ¿Cuantos os prometéis y os perjuráis que dejaréis de fumar? Quizas algunos de vosotros no lo creáis así, pero los videojuegos describen nuestra personalidad.
Hay diferentes tipos de jugadores, de hecho hay tantos que no la burda e insulsa clasificación – casual o hardcore gamer – me parecen un insulto a aquellos que han encontrado una estabilidad entre su forma de ver el mundo y su forma de jugar. Jugar a ratos, jugar con niños, jugar en el WC, jugar en el trabajo, echar un FIFA exporádico, pasarse todo aquello que cae en tus manos, probarlo todo pero no acabar nada, son algunas de las actitudes que muchos adoptan delante de su ocio favorito.
- Realmente somos toda una especie
¿Quién se ha llevado mi queso? Sin duda un relato que ha cambiado la vida de muchos – una lectura rápida y muy recomendada – donde se muestra la capacidad del hombre para ilusionarse y desilusionarse con sus própios sueños. Una forma de entender que cada uno debe saber encontrar su lugar en cada momento de la vida y que no se debe sentir ni culpabilidad ni vergüenza por la opción tomada. Si te gusta Coocking Mama no deberías irlo gritando a los cuatro vientos pero tampoco sentir miedo a expresarlo…quien sabe quizás incluso llegues a ligar gracias a un videojuego.
No cabe duda que sin ilusión no se puede vivir, no creo que existar ser en la faz de la Tierra que estando sano mentalmente no tenga algún sueño el cual quiera conseguir, ya sea en el sector que sea. La muestra de dicha existencia es la cantidad de listas sobre videojuegos que tenemos para pasarse, un sueño, una expectativa, un deseo o simplemente una utopía. Pero de eso se trata, de crear utopías, de generar ilusiones y de abordarlas con convicción.
La constancia es una de esas características que siempre suelo inculcar a mis alumnos, abriendo un paréntesis sobre el artículo, y es que creo profundamente en que cualquiera puede cumplir sus sueños si golpea con todas las fuerzas contra esas resistencias o muros que se nos plantan delante. Jugar, aunque sea poco, pero jugar. Es la única fórmula para conseguir que todos poco a poco tengamos temas de conversación en el sector. Horas y más horas de experiencia que se acumulan, experiencia que se traduce en crecimiento personal.
Como el queso del ratón, como el ratón que busca su queso, como todos nosotros somos seres puestos en un laberinto, sin que nadie nos dicte las normas pero con unos caminos prefijados, con salidas y entradas. Muchos se preguntaran a estas alturas cual es el objeto de este artículo, e incluso muchos dejen de leer pensando que es otro desvarie del autor. Puede, pero si logro expresarme con algo de claridad puede que en estas letras se encuentren los ingredientes para sobrevivir a toda esta mierda.
Los videojuegos tienen en sí algo escondido, tienen algo que nos influye, nos hace pensar que nuestros proyectos son posibles. ¿Cuántos no hemos tenido una grata satisfacción cuando te pasas un título abandonado? Puede que sea una patrañada de título, pero si éste se combierte en un queso – objetivo – trasciende sobre la calidad de éste y moviliza algo en nuestro interior. ¿Cuántos nos hemos pasado otro título inmediatamente después de otro sin dudarlo?
Un proyecto llama a otro por lo que quedarse parado, quejicoso, asqueado comiendo nuestro própio vómito no conduce a nada. El entender como un videojuego influye en nuestro ser hace que cada vez uno se especialice más y más en la materia. Escribir está en el mismo proceso, muchos son lo que se animan a hacerlo – aunque otros crean que hacer Crtl + C y luego Crtl V es escribir – y tras probarlo no pueden parar.
Cada cual necesita tener su camino marcado, cada blog, cada videojuego, cada proyecto en la vida o cada deseo debe tener un plan detrás en el cual se sustente. Si uno plantea proyectos sin un plan de actuación o sin algo de reflexión detrás no va a conseguir absolutamente nada. Da igual que se extraiga de todo esto, si un videojuego, si un troll, si un burdo comentario lo único que importa es la consecución de nuestro ansiado queso.
¿Importa realmente lo que se extraiga de un videojuego? Sí, y mucho. Piensen que si no afrontan su ocio con la seriedad que éste merece están tirando su tiempo. Su valisoso tiempo por la ventana, si no están convencidos de afrontar un título con la seriedad que se merece perderán detalles, matices sobre su creación. A lo mejor por ello muchos luego penalizan grandes creaciones con comentarios injustificados. O simplemente ensalzan la experiencia por dejarse llevar demasiado sin ser lo suficientemente consciente de lo que se está haciendo.
Un mundo donde se penaliza lo desenfadado y la seriedad provoca iptus, un mundo donde encontrar el punto justo de cocción es la clave del éxito o del fracaso. Sin duda, por ello, muchas veces es necesario hacer un parón en el camino, reflexionar, volver a reformular el proyecto o modificar el plan de ejecución. Como en un videojuego, se deben tomar decisiones sabiendo que siempre tendremos otra oportunidad. Por suerte, no nos jugamos la vida en ello aunque muchos crean que sí.
Un videojuego, una experiencia, un regalo por el esfuerzo, algo digno de ser tomado con una moredada seriedad. Muchos no lo entenderán así, pero creo que la industria necesita crecer y depende de muchos de nosotros. Hay gente que pone sus ilusiones detrás de cada línea de código y por desgracia – y como viene siendo habitual en este país – no son tomados en serio. ¿Quién se ha llevado mi queso?
- Lo sé, todos habéis pensado que me lo merezco
Y ahora como pequeño rodeor que soy, cierro el artículo con la satisfacción, de tener un queso en el que soñar y muchos caminos para poder acometerlos. Quizás algunos se los lleven, pero como buen jugador que soy insistiré hasta conseguir pasar la fase final de este videojuego llamado vida donde por suerte todos sabes cual es el final.