Fernando Quiñones
con flores y sardinas
El día no ha acompañado, menos mal. ¿A quien se le ocurren estas ideas? Mira que hacer un homenaje a tan importante escritor, no solo en las calles de Cádiz, en el Pay-Pay han estado, con la mala fama que tiene, que todos sabemos a que se ha dedicado este local. Han sido capaces de entrar al mercado central, que tendrán que ver estos lugares con el escritor.
Eso si, estaba todo Cádiz, me refiero al oficial, con su alcaldesa a la cabeza. La Diputación también ha mandado a un nutrido grupo de representantes.
En el mercado centralLuego se han dedicado a medio difamarle, que le gustaba el flamenco dicen, que le gustaba la gente llana, proclamaban, hasta que estaba enamorado de la Caleta, ¡Que bochorno!
En los homenajes serios, se deposita un ramo de flores a los pies de la estatua del homenajeado, pero a quien se le haya ocurrido dejar unas sardinas, de esas saladas que comían los pobres antes, es que no le quiere nada.
Y para colmo, esa agrupación de carnaval que este año gano algo disfrazados de travestis se ha permitido cantarle en la misma puerta de la iglesia de la Calle La Palma. En la peña Juanito Villar
En fin, que me he aburrido hasta decir basta durante siete horas, quiñoneando Cádiz y recorriendo su calles, en compañía de gente loca que recorren la ciudad leyendo y cantando megáfono en mano.
Gracias Fernando Quiñones, uno de mis mejores días en Cádiz.
Graciela Quiñones de la mano de Fernando Quiñones