Hace tiempo quería escribir sobre este tema porque lleva meses rondándome por la cabeza. Como madre de corazón, sé que llegará el momento en el que mi hijo se cuestione su identidad, su filiación a nuestra familia y su papel como hijo dentro de la misma. Sí, es cierto que aun es pequeño, pero el terreno hay que ir preparándolo desde el principio.
Buscando información por internet sobre este asunto apareció un artículo interesantisimo, del cual os dejaba un pequeño extracto en mi perfil de instagram. Su autora, Marta San Martino Pomes, que no solo se limita a ilustrarnos sobre los mayores reveses que podamos encontrarnos, sino que además nos da las pautas para afrontarlos, distribuidos y adecuados a las distintas etapas de edad de nuestros hijos.
De entre sus párrafos hay varios que me gustaría destacar especialmente, y que a continuación os detallo:
“¿qué trabajo mental debe realizar el niño adoptado para poder continuar sintiéndose sí mismo cuando pierde de un momento a otro todos sus puntos de referencia ambientales, tanto de objetos como de relaciones interpersonales, de idioma, de sabores, de cambio de nombre, etc.?" - Me recordó tanto a mi primera entrada en el blog (disponible aquí)
"La herida del menor adoptado no es la adopción, es el abandono. El sentimiento de abandono genera un gran sentimiento de soledad, rabia e incomprensión. No se puede separar abandono y adopción. El sentimiento de abandono afecta directamente al vínculo y a la autoestima. Cuando una persona crece pensando que quien le dio la vida lo abandonó, piensa que es alguien “abandonable”. Ello le lleva a tener una mayor desconfianza en los vínculos y a pensar que todo vínculo que establezca puede romperse."
"Conviene pensar en profundidad en ¿qué significa ser padre?: ¿dar la vida, o criar y sentar las bases para el desarrollo del hijo? Padre es quien cuida (con todo su significado), quien ama, quien cría, quien convive con el hijo. Engendrar no nos constituye como padres si no hay una continuidad."
"Los padres adoptivos deben asumir que están haciendo un relevo: “otros” le han dado la vida y “ellos” le dan el resto. Desde el momento de la adopción todo el pasado biológico del hijo pasa a formar parte de la familia adoptiva. Debe ser una historia compartida por todos para que el hijo no se sienta solo con sus orígenes: como son suyos también son de los padres. El hijo no busca unos padres cuando piensa en su pasado biológico sino que busca completarse, llenar un vacío."
Esto solo es una muestra de lo esclarecedor y útil que a mi, personalmente, me ha parecido este artículo, si sentís más curiosidad podéis leer el articulo en su totalidad aquí
Los padres adoptivos tenemos la responsabilidad de poner todo nuestro empeño en que construyan su identidad de la mejor manera, sabiendo que será la clave de su futura felicidad. Al igual que cualquier otro padre que ama, sufre, lucha y educa. A veces con las mismas preocupaciones, en otras ocasiones, diferentes, pero preocupaciones al fin y al cabo. Simplemente somos padres, sin adjetivos.
Gracias por acompañarme en mi paseo de hoy. Aprovecho para desearos unas Felices Fiestas. Nos leemos.